humor negro

Escena

Absurdos instantes

Si el mundo se va a pique y va a llevarnos con él, se recomienda no caer en el pesimismo y digerirlo con buen humor y unas cuantas sonrisas. Ésa parece ser la premisa de Absurdos instantes, dirigida por Javier Ossorio (Síntesis Producciones) con textos de Karl Valentin, que podremos en las próximas semanas en la Sala La Fundición.

Por J.M. Campos -

Audiovisual

Este perro está muy vivo

Corría 1984 cuando Tim Burton, un prometedor cineasta que acababa de fichar por Disney, se desmarcó con un mediometraje en el que un niño devolvía a la vida a su perro y mejor amigo, que había muerto atropellado. Se ve que Burton, hoy convertido en paradigma de lo gótico (para gloria de los explotadores del merchandising), no quedó del todo satisfecho con el primer Frankenweenie (en cuyo reparto, curiosamente, se encontraba una jovencísima Sofía Coppola), porque ahora regresa con una versión extendida y animada de aquella parodia de la novela de Mary Shelley.

Por J.M. Campos -

Escena

¡Oh, han matado a la muñeca hinchable!

Equívocos, farsa, humor negro, giros argumentales. Son ingredientes propios de una gran comedia, como es el caso de la que nos ocupa. Wilt: el crimen de la muñeca hinchable es una obra de teatro basada en la novela de 1976 con la que el corrosivo Tom Sharpe ha vendido diez millones de ejemplares e inició una prolífica saga. Un profesor de literatura, amargado por su esposa, fantasea con asesinarla arrojando por la ventana a una muñeca hinchable, pero alguien es testigo de la escena y llama a la policía. Y comienza el lío.

Por J.M. Campos -