SEFF 2020: el festival resistente
Por 14 noviembre 2020
Ya hemos pasado el ecuador del 17 Festival de Cine Europeo de Sevilla y no sin inconvenientes. Tras el endurecimiento de las restricciones a causa de la situación pandémica que padecemos, el festival se ha visto obligado a adaptar su parrilla (una vez más) a los nuevos horarios de apertura. Así, las sesiones que se extendían más allá de las 18:00 han sido canceladas y muchas de ellas reprogramadas adelantando su inicio. Para estas se han puesto de nuevo entradas a la venta al precio de dos euros. Habrá que aprovechar teniendo en cuenta la época de sequía cinematográfica que se nos viene encima, pues todos los cines de Sevilla han echado el cierre ante las nuevas limitaciones y Cinesur Nervion Plaza hará lo propio una vez concluya el festival.
Dicho esto, y a modo de sugerencia, por aquí van algunas pinceladas de lo más destacado que hemos visto por el SEFF estos días:
Ondina: Ha sido la película elegida para la proyección de la Gala Inaugural y recientemente nos hemos enterado de que es una de las cintas nominadas a los Premios del Cine Europeo. Ondina es una historiadora que acaba de ser abandonada por su pareja, pero entonces el azar le depara un encuentro con el verdadero amor, un buzo de corazón limpio.
La última obra de Christian Petzold (Bárbara) bucea –nunca mejor dicho– en el amor romántico y, si bien por momentos tiene apariencia de culebrón, el conjunto aprueba con holgura por unas pinceladas mágicas bien rodadas y por la buena interpretación de Paula Beer, que cosechó premio en la última Berlinale.
El profesor de persa: Esta es la historia de Gilles, un judío que se libra de la muerte al caer casualmente entre sus manos un libro escrito en farsi. A partir de entonces su supervivencia dependerá del simulado conocimiento de dicha lengua. Una insólita historia que cumple con solvencia con todos los elementos propios del género, pero que no destacará entre la vasta oferta de los campos de concentración cinematográficos.
Borrar el historial: Lograda comedia que muestra la vida de tres vecinos que se unen contra un enemigo común: la vida moderna. Las luchas de estos tres contra el Goliat de Silicon Valley hace las delicias de un espectador que se verá identificado en esta sucesión de sketches que tienen a la tecnología como hilo conductor. Absolutamente hilarante.
Sweat: Las redes sociales también protagonizan esta película que sigue durante tres días a una influencer del fitness, Sylwia Zając. Con buen ritmo y una excelente interpretación de Magdalena Kolesnik (quien aguanta estupendamente todos los primeros planos, que en esta película son muchos), Sweat muestra el lado amargo de la comercialización de lo íntimo, de la vida cotidiana, aun siendo esta exitosa y estando bien nutrida de seguidores.
Walden: Jana vuelve desde París a Vilnius veinticinco años después dispuesta a encontrar un lago que permanece en su memoria con tanta felicidad como dolor. Muy lograda en su parte adolescente, flaquea, eso sí, al intentar hilvanar pasado y presente. Esto no empaña la frescura de la cinta, que contagia el brío del amor juvenil y las esperanzadoras aspiraciones de un grupo de jóvenes que intentaban sortear la opresión de un sistema político, el comunista, aunque fuera cada uno a su manera.
Charlatan: Agnieszka Holland (Europa, Europa; Mr. Jones) nunca decepciona, aunque esta no pasará por su mejor obra. Experta en retratar los totalitarismos que han asolado Europa, en esta ocasión narra la vida de Jan Mikolášek, un curandero experto en muestras de orina que tras tratar a lo más granado de las élites nazis y comunistas se convierte en objetivo de estos últimos cuando empiecen a ver con recelo el éxito que tiene entre la población un hombre que actúa al margen de la medicina estatal. La película se ve bien, aunque la apasionante vida del sanador dé lugar de forma incomprensible a un personaje un tanto insípido para el espectador.
Siervos: Rodada en blanco y negro y con aires formales que la emparentan con la Ida de Pawlikowski, al director Ivan Ostrochovský le bastan 80 minutos para transmitir toda la tensión que vivía la iglesia católica en la Checoslovaquia de principios de los años 80, donde unos sacerdotes cedían al control del régimen comunista por la supervivencia de la institución, mientras otros, más preocupados por la supervivencia de la Fe, decidían no ceder. En este contexto dos jóvenes seminaristas se verán obligados a elegir bando. Será sin duda una de las mejores cintas que pasarán por este festival. Muy recomendable.