«Möbius», juntos llegamos más lejos
Por 29 febrero 2020
Anoche el público del Teatro Central quedó con la boca abierta ante el riesgo y la belleza que derrocharon los 19 componentes de la compañía de acróbatas XY en el estreno nacional de “Möbius”, su último espectáculo.
Este colectivo nos hizo mantener la respiración formando torres humanas de dos, tres y hasta cuatro personas, que lo mismo se descomponían piso a piso que se derrumbaban en horizontal como un árbol talado. Los componentes caían en picado, eran lanzados hacia el cielo o hacia el lado opuesto del escenario o se paseaban sobre los hombros, las manos o incluso la cabeza de sus compañeros con una facilidad que te hacía olvidar, por un momento, el peligro que estaban corriendo. Pero, a pesar de ello, el atractivo del peligro y del “más difícil todavía” no fue la característica principal de este espectáculo.
La compañía XY, junto al coreógrafo Rachid Ouramdane, ha construido un viaje, un recorrido fluido de movimientos e imágenes poéticas, aderezadas por increíbles portés acrobáticos, realizando una fusión de perfecta armonía entre la danza y las acrobacias. “Möbius” deja en un segundo plano ese morbo por el peligro, característico del circo, para presentarnos una sucesión de paisajes escénicos de una belleza indudable y un discurso político de defensa del colectivo.
Sobre un escenario vacío, el espectáculo se articula en torno a los 19 cuerpos de los acróbatas. 19 cuerpos que inician la obra entrando individualmente pero que al instante se convierten en un único organismo que se mueve, salta, se cae, vuela, respira y se esfueza a la vez. Un único cuerpo que se protege a sí mismo. Porque las acrobacias de la obra no se realizan con elementos de seguridad. No existen las sujeciones ni las redes protectoras. La seguridad se encuentra en el grupo, en sus compañeros que están alerta, preparados para recibir al acróbata en cualquier momento o para apuntalar alguna torre inestable. Los 19 cuerpos construyen esa red de confianza que permite al cuerpo pluma lanzarse de cabeza, en picado desde una torre de cuatro personas, sabiendo que va a ser recibido y salvado. “Möbius” se aleja del típico número cirquense, que es una lucha individual del acróbata contra la gravedad. Aquí no hay individuo, hay grupo. El individuo es débil, inestable y está desprotegido. El colectivo es fuerte y seguro. Este es el mensaje que la compañía XY nos transmite.
Para ello se inspira en la cohesión y el comportamiento de las bandadas de estorninos o los banco de peces. Construye su obra recreando sus movimientos, dando la sensación al espectador de estar percibiendo paisajes naturales en los que los cuerpos se convierten en juncos que se mueven con el viento, pájaros que vuelan formando figuras en el aire o peces que saltan por encima del agua. Una sensación de estar mirando el discurrir de la naturaleza que se transmite incluso con la estructura cíclica de la obra, empezando y acabando de la misma manera.
La compañía presenta un discurso sin palabras, sin argumentos lógicos, un discurso que convence con la fuerza del ejemplo, utilizando muy inteligentemente su especialización, el porté acrobático, para persuadir al público.