Crónica: Black is Back Weekend 2019
Por 3 julio 2019
En su octava edición, el Blackisback! Weekend, el festival obligatorio para los amantes de la música negra, nos ha hecho disfrutar otro año más de la gran variedad de estilos existente dentro del amplísimo espectro cubierto por ese cajón de sastre que es la música negra. Dentro de toda esa diversidad, la organización decidió concentrar en el primer día a varios grupos de origen centroafricano -BALOJI, SONGHOY BLUES, KOKOKO!- a excepción de los británicos liderados por Neville Staple, “the original rude boy” integrante de The Specials.
El viernes, día de más baja asistencia, abría el festival Baloji, demostrando una explosión de frescura y creatividad fusionando ritmos urbanos y tropicales y presentándose como una muy grata sorpresa paar quienes pudimos presenciar su concierto.Después de ellos llegaron The Neville Staple Band, formada en torno a uno de los iconos del two-tone británico, nos regaló algunos de los temazos de los Specials: Rudy, Monkey man, Ghost town… Breves fueron, y mucho, eso sí. Pero bueno, ya saben, lo bueno, si breve, dos veces bueno… Por suerte, los descansos estuvieron amenizados con la mejor música y las ya imprescindibles cervezas La Virgen y una muy buena variedad de foodtrucks.
Les siguió la música de Songhoy blues, el grupo más popular e internacional de la noche desde que en 2015 publicaran e impresionaran con su disco debut Music in exile (2015), el cual se abrió al mundo como todo un alegato contra la censura impuesta por los grupos islamistas en Mali. Su actuación fue toda una celebración de la libertad que permite la creación musical, un viaje de ida y vuelta desde Timbuktu hasta el Delta del Mississippi a través de ritmos que nos hicieron entrar en trance. Nunca el blues ha encarnado la misma dosis de tristeza y felicidad sobre el escenario.
Y, por último, desde Kinshaha, los KOKOKO! llegaron para cerrar la noche. Tenía muchísimas ganas de ver su despliegue instrumental y puesta en escena, y no me defraudaron. Ni a mí, ni a ninguno de los allí presentes. La precariedad y dificultad para crear música electrónica les llevó a investigar nuevos sonidos a través de la fabricación propia de instrumentos a partir de elementos procedentes de la basura cotidiana: cazuelas, bricks de zumo, tablas de madera… ¡y qué bien suena esa basura!
El segundo día, como representación de la escena ibérica de RnB abrían el cuartel de Conde Duque Los Volcanes con un sol abrazador y presentándose ante el primer grupo de valientes que no quiso perderse su concierto. A continuación, derrochando buen rollo el australiano Joel Sarakula nos sacó a bailar acompañado de una banda de músicos ibéricos. Si la música es el idioma universal, el público de Conde Duque y la banda del australiano acabamos hablando el mismo idioma: el disco funk.
A continuación, desde Medellín, Mabiland nos regaló crudeza, honestidad y mucho corazón con sus letras entre el hip hop y el neosoul. Con sus 23 años nos dejó bien clara la determinación que tiene por seguir creciendo como artista. A continuación, Yola nos presentó su disco debut, Walk through fire (2019), producido por Dan Aurbach. Su delicadeza country-folk y la brillantez musical de la banda, unidas a una potentísima voz, me encandilaron. Para mi una de las grandes sorpresas del festival.
Y repitiendo, los californianos Vintage Trouble! Su familia madrileña estaba deseando volverles a ver en directo desde que en 2017 engullesen el patio de Conde Duque. Desde el primer segundo nos tenían entregados y es que su cantante, Ty Taylor, es un auténtico showman, como pocos he visto sobre el escenario. Inagotable, mantuvo la energía en límites estratosféricos: saltos, varios viajes hasta el centro de la pista, e incluida vuelta a hombros al escenario, y más saltos… Así finalizaba la octava edición del BlackIsBack! Weekend… ¡con ganas ya de que llegue la próxima!