Lagartija Nick: «Hemos saboteado el crimen con la creación»
Por 22 noviembre 2017
Ya es imposible hablar de Lagartija Nick sin extendernos demasiado, o al menos sin extendernos todo lo que nos gustaría. Nos referimos a más de 25 años de camino. Los granadinos se empeñan en hacer Historia y lo consiguen. Con Hipnosis (1991) comenzó todo, ¿recordáis?, yo apenas tenía tres años y seguro que muchos de vosotros no superabais la veintena. Después, llegaría el resto, once trabajos que no dejaron indiferente a nadie: Inercia, Su, Omega (con Enrique Morente), Val del Omar, Space 1999, Lagartija Nick, Ulterior, Lo Imprevisto, El Shock de Leia, Larga duración, y Zona de conflicto. Después de seis años de silencio discográfico, Lagartija Nick presenta Crimen, Sabotaje y Creación (Virgin Records / Universal Music Spain) -con el que regresan a la formación original-, una auténtica y transparente declaración de intenciones: en palabras de Antonio Arias, «el nuevo hijo es un disco que saca a la superficie a grandes de nuestra influencia y a grandes de nuestro amor. Un trabajo que contiene una vocación luchadora de honradez y con el que queremos reconocer a esa «Otra Andalucía», la sumergida, la de los valores cercanos. Un disco que reivindica a los maestros cercanos».
Y no cabe duda. Con Crimen, Sabotaje y Creación, título extraído de un tema de su anterior trabajo, homenajean al gran Jesús Arias («Agonía, agonía»): el pionero de la escena musical granadina que nos dejaba en diciembre de 2015; el hermano de Antonio Arias; el periodista; el músico de «todo o nada»; el de apuestas a lo grande -participó en discos de Lagartija y fue la cabeza pensante dentro de Omega con Enrique, esa Obra de Obras que aún hoy sigue revolucionando el patio y dándole la vuelta a todo-. Los Lagartija han querido que tanto la persona de Jesús como su Arte reivindicativo presidan un disco – este que nos ocupa – compuesto por doce cortes donde «han escrito los vivos y los muertos», nos cuenta Antonio.
Nos citamos con Antonio Arias y Juan Codorniú en Sevilla días antes de que toquen por primera vez esas sevillanas jornaleras que incluyen en el álbum, «Sevillanas», homenaje al grupo de Morón Gente del Pueblo. Sala Malandar será el escenario al que subirán los míticos Lagartija para interpretar y presentar en la Hispalense, llenos de dinamismo -como prometen-, la obra recién parida: esa que podría haber seguido – por su carácter folklórico y porque se retoma la misma formación – al inconfundible Omega, pero que no lo ha hecho porque, nos dicen, «Crimen, Sabotaje y Creación no es el disco que haríamos después de Omega en aquel momento». Son las cuatro y media de la tarde de un día soleado. Llegamos puntuales a nuestra cita. Entramos en el Ayre y nos dirigimos a la cafetería, allí están Antonio y Jesús esperando mientras comen un postre.
Pasan más de seis años desde que sacasteis Zona de conflicto, trabajo que antecede al nuevo material, Crimen, Sabotaje y Creación… ¿Por qué ha sido ahora y no antes o, incluso, después? ¿Por qué este momento y no otro? ¿Qué momento vive Lagartija Nick?
Antonio Arias: Claro, en el caso de Crimen, Sabotaje y Creación, se junta un poco el hambre con las ganas de comer. Llevábamos tiempo juntos con las reediciones de discos (casualmente, se han ido reeditando, desde 2007 o 2008, discos que tocábamos mucho en directo). El paso lógico fue grabar algo. Pero, también, el paso lógico fue terminar antes todos nuestros proyectos. Imagínate. Ya sólo el batería está en mil movidas. Como el sonido estaba después de toda esta experiencia de tocar en directo las reediciones de discos, de faltar algo, pues faltaría cierto hilo conductor. El sonido estaba, el grupo estaba, incluso ya actualizado, la incorporación de JJ a los teclados… El caso es que el paso natural era grabar algo nuevo, y la motivación, ese desencadenante, fue la desaparición de mi hermano, una motivación personal que ha hecho estallar lo musical. Una traslación de la experiencia de la motivación personal a la musical. «Ha muerto mi hermano», pues vamos a hacer unas canciones que a él le encantaría. Pensamos que le gustaría que Lagartija tocara canciones suyas. Nos pusimos un límite: las letras ya sabíamos qué camino tenían que coger. Hemos recuperado a partir de ese sentido, primero, emocional con la música. En este disco se conjunta el hecho de que estábamos juntos, que teníamos que hacer algo y que surgió se algo.
La primera toma de contacto con este nuevo disco entre público y Lagartija ha sido gracias a «Agonía, agonía», primer single que llegaba el pasado 22 de septiembre. Con una sola canción habréis notado ya la respuesta del público. ¿Cómo han recibido este primer single? ¿Tienes ganas de Lagartija Nick?
Juan Codorniú: Estamos un poco a la expectativa. Porque el disco es variado, diverso, ocurren cosas en él. En una primera toma de contacto (como bien dices) creo que el feedback todavía no es lo suficientemente profundo como para detallar la acogida. Es un disco totalmente subjetivo y, al ser así, siempre tendremos esa curiosidad previa: ¿es tan malo o tan bueno como a nosotros nos parece?
Después de tantos años en la música, ¿seguís notando o valorando esa curiosidad que tenéis por ver cómo caerá lo nuevo en los momentos previos a estrenar material?
A: Sí. Una de las conversaciones que tuvimos cuando salió el disco: «es mejor de lo que pensamos (risas)».
J: Yo creo que este disco tiene mucho de eso. Existe la necesidad de la que te hablaba Antonio antes, de tener nuevas canciones para interpretar en directo, pero sin quedarnos ahí: proponemos algo en lo que bebemos de lo anterior y damos nuevas vías, nuevas vías por las que transitar; es una manera de reivindicar que Lagartija Nick sigue moviendo su cola (risas). Ese feedback, yo anoche se lo preguntaba Antonio: «¿qué te está devolviendo la gente, cómo lo está aceptando la gente?»… Todavía estamos un poco a la expectativa. Además, s un disco que tiene varias escuchas.
Cuando nace Lagartija Nick, yo tendría como cuatro o cinco años…
A: Yo también (risas)…
J: ¿Mental? (risas)
¿Qué diferencias encontráis entre el público que iba a vuestros primeros conciertos y el público que acude hoy? De su comportamiento, ¿qué es lo que más os impacta?
A: Por impresiones. La impresión que tengo es que el público de los 90 era como «PAC». Eran como una explosión de ellos mismos. Ahora no existe ese feedback tan inmediato. Antes, era salir (nosotros comenzamos prácticamente en el País Vasco) y era una bomba. Ahora reconoces en la gente y en los grupos una calma, ¿no?, hay otro tipo de calma… Antes, el público posicionaba a los grupos (te posicionaba), tú tenías que ser un poco más fuerte que ellos. Pero la energía que tenían ellos era demoledora. Hoy día, existe más una interacción social entre ellos, entre el público, que entre ellos y los grupos. Antes, la primera interacción surgía entre público y grupo y ahora, la primera interacción ocurre entre público y público.
¿Nos hemos convertido entonces en un público más exigente?
J: Todo ha evolucionado mucho. El público no cambia de una manera aislada, ha evolucionado en función a cómo ha evolucionado toda la escena musical, y a cómo lo ha hecho toda la escena alternativa, no alternativa… Entonces claro, ahora hay muchísima más oferta de muchísimas más cosas, además, han pasado muchas cosas desde que nosotros comenzáramos a publicar los primeros discos… Todo ese recorrido hace que cambie tremendamente la manera de hacer y de pensar. Toda la oferta que hay es muy buena, hay muchas bandas con unos sonidos brutales… Pero no es comparable. Cambia todo, igual que cambia el mundo, y en estos veinte y cinco años ha cambiado el mundo y, por tanto, el público. Seguimos teniendo una parte de público, que son los fieles, que mantenemos de aquella época… Lo vemos y recogemos en el disco homenaje que le hacen al Inercia, esas nuevas generaciones que han reconocido esos discos anteriores que grabamos nosotros. Eso nos reconforta. Pero bueno, quien abre los caminos a base de hacha, a lo mejor, no es quien tiene luego más reconocimiento…
A: Son mejores músicos, no mejores grupos…
Con este disco volvéis a la formación original. ¿El tema de la composición y producción ha seguido la misma línea que en los primeros trabajos?
A: Sí, al recuperar el grupo, también se recuperan las fuerzas. Juan pone voz a una canción… Hemos conseguido un estándar de respeto y de simbiosis. Hay ciertas cosas que nos motivan, no necesitamos que uno escriba la totalidad de las canciones, sino que el trabajo tenga sentido. En este caso, casi que las hemos escrito entre mi hermano Jesús (que ya no está) y yo. Pero es una licencia que el mismo grupo se da por reivindicar esa figura olvidada o esa música que es tan andaluza e internacional como los grupos punk de los 70… Más que unos organismos dispositivos de composición, ha habido un acuerdo en los objetivos y nos hemos preguntado: ¿por dónde queremos ir? Nos hemos dejado llevar así. Pero compositivamente sí, es como siempre, yo escribo más, soy más pesado…
J: Pero bueno, sí mantiene un poco lo que es la inquietud creativa de Antonio, que siempre a mí me llamó sobremanera, por eso quizás fue un grupo con el que estoy. Evidentemente Antonio, como compositor fundamental de Lagartija Nick, ha evolucionado. En este disco se mantienen muchas cosas de aquella inquietud: esa inquietud primigenia de Lagartija Antonio la mantiene viva, y eso es encomiable, porque si no Largartija Nick no estaría vivo. Antonio tiene cosas que decir y el resto también aportamos otras, completamos. Ha cambiado un poco en el oficio, en lo que te da llevar en esto muchos años, pero esa inquietud que todavía cuestiona la música como algo creativo (de ahí el título también, ¿no?), pues sigue vigente.
A: En este disco han escrito los vivos y los muertos. Y esa es la verdad.
J: Pero es una reivindicación a la vida, aunque se hable en él mucho de la muerte.
A: Es que si no cómo afrontas la vida, si no reconoces a esas personas tan valiosas que siempre nos han rodeado y que en el fondo eran nuestros grandes maestros.
J: Pero este disco no hace una revisión nostálgica, sino reivindicativa.
A: Claro, reivindicativa, donde también todos, como sociedad, conozcamos que nuestras mayores influencias, nuestros mayores maestros y nuestros mayores dioses están alrededor de nosotros.
J: La nostalgia te lleva a la depresión. No es un disco depresivo. Es un disco que bebe de fuentes pasadas, de pérdidas, pero te proyecta hacia nuevos territorios. Aunque es oscuro, es un disco positivo.
A: Este es un mundo cruel. Este mundo es cruel. Y lo pasamos bien en este mundo porque es cruel. Si no fuera cruel, si fuera amable, lo pasaríamos fatal.
J: Tampoco somos unos cortavenas, ¿eh? (risas).
Vamos a fumar y Juan deja su postre porque no le ha gustado mucho.
No sé si sale de vosotros o de la crítica musical, pero he leído por ahí que «este disco podía haber sido la continuación de Omega.
J: Eso es una cosa que dijo Antonio en un determinado momento. Enrique Morente decía mucho eso de que «yo no puedo ser esclavo de lo que dije ayer». Entonces, Antonio lo dijo en un determinado momento y vale, pero luego lo reflexionas y lo piensas y te dices (y creo que Antonio comparte esto que voy a decir): bueno, Crimen, Sabotaje y Creación podría haber sido la continuación de Omega, pero no es el disco que haríamos después de Omega en aquel momento. Es el que se podría haber hecho porque se retoma la formación que hizo el Omega y porque bebe también de determinadas fuentes del folklore y del flamenco, pero igual, contextualmente y en aquel momento, no se hubiera hecho este disco. A lo mejor ha tenido que pasar todo este tiempo para que se haga este disco, ¿no? Quizás la afirmación por la que me preguntas tiene sentido en la medida en que recoge un poco la herencia de lo que hemos hecho y nos sitúa en una proyección hacia delante, con nuevas cosas que decir. Pero bueno, lo dijo él, que te responda él. Yo te he contando la interpretación que hago sobre el tema.
A: Estoy de acuerdo con la explicación de Juan. Tiene cierta lógica por la formación fundacional y por el guiño lorquiano, de nuevo. Volver a Lorca es no dejarlo nunca. Justo después de Omega, lo que hicimos fue (igual que reivindicamos a Lorca) reivindicar a los más desconocidos. Al retomar la figura de Lorca como alma del disco (por las connotaciones: volver a las fuentes de un flamenco que ni es flamenco ni es na)… ¿En este disco hay una revisión flamenca? Sí, tiene unas sevillanas que son flamencas, pero están interpretadas de otra manera… hay una visión flamenca creativa siempre, por eso también esa visión creativa de que el flamenco siempre sea algo … como decía Pepe Marchena: «siempre que el flamenco pase por tus manos tiene que ser creación». Hay ciertos aspectos que reivindican no una seguiriya psicodélica otra vez por ver quién lo hace mejor… Mejor que Omega no lo va a hacer nadie, mejor que Enrique Morente no lo va a hacer nadie, ahí se pueden tirar los grupos durante décadas, que mejor que una seguiriya en el Omega no lo va a hacer nadie. Por lo tanto, le seguimos cantando al encanto. No te desesperes, hay otros estilos, se pueden comunicar, no sólo el flamenco es andaluz, lo andaluz es folklore, hay otra Andalucía, hay mil Andalucías. Eso es lo que este disco tiene que ver con respecto al Omega antiguo. Siempre hay un escarbar y escarbar porque, al final, es lo que nos va a posicionar a los músicos en el mundo. Como personas y como músicos, siempre vamos a poder aportar si nos fijamos en nuestra tradición, en nuestro alrededor, porque este disco también reivindica a los maestros cercanos. Tenemos que ver lo que tenemos cerca, sé que es difícil. No vemos lo que tenemos más cerca y, sin embargo, valoramos lo que tenemos más lejos. ¿Este disco podría haber seguido a Omega? Sí, pero tampoco éramos tan listos como ahora (risas), si es que eso es una frase.
¿Cómo, a pesar del tiempo que ha pasado, el Omega sigue siendo tan revolucionario?
A: Es cada vez más grande, ya te digo.
J: Porque nadie apostaba un duro por ese disco. Nos echaron de una compañía por ese disco.
A: A él no le echaron del flamenco porque él era el flamenco también. Ese disco es el más grande. Es el más grande porque tiene una gran verdad; porque aporta a la cultura de Andalucía; porque se hace digno hermano… ¡Lo comparan con el de Camarón, no te digo na! Enrique y Camarón eran hermanos prácticamente. Omega es grande porque contiene una verdad y un flamenco de creación. Normal que después de Omega se haya dado un flamenco recreativo. Y no sólo después de Omega; después de Silvio, después de Triana… Pero el flamenco creativo está muy castigado, pero a la larga está muy bien recompensado. Esa es la verdad. A la corta está muy castigado, de ahí que sea un rara avis, una isla… Por eso los grupos, salvando excepciones, no se atreven, porque está muy castigado. Nadie quiere una recompensa a la larga, nadie quiere el dinero mañana.
J: Y siempre partiendo de la premisa aquella: nosotros no somos flamencos, nosotros parendimos el flamenco con el Omega, comenzamos a introducirnos en ese mundo con él. Pero nunca quisimos hacer flamenco rock porque ya había gente que lo podía hacer mucho mejor que nosotros. Era una cuestión de mantenernos en nuestra posición y sumar a la maestría de Enrique. Eso es un poco lo que seguimos haciendo. Ese acercamiento al folklore o al flamenco es el que seguimos teniendo. No pretendemos hacer flamenco rock, porque no es eso. A lo mejor es más punk-flamenco, o algo así (risas). Bueno, neopunk-flamenco (risas). Pero siempre con ese respeto de decir: «nosotros no podemos hacer flamenco, podemos colisionar ambas galaxias, que es lo que ocurre en el Omega, una colisión de galaxias. Pero nunca meternos en ese terreno a desarrollarlo musicalmente porque no es nuestro medio, aunque sí que lo hemos aprendido y lo admiramos de una manera…».
Surgen nuevas voces que experimentan con el flamenco: Rosalía, Niño de Elche, Quentin Gas & Los Zíngaros…
A: En la época de Omega, todavía, había un flamenco en el que estaba Paco de Lucía, Vicente Amigo, entre muchos más… Había todavía una generación de grandes dioses flamencos que te podían enseñar. Yo creo que, haciendo referencia a lo que tú dices, estamos hablando de los niños sin padres. Nosotros nunca hemos tenido una necesidad flamenca en el grupo porque dices: «bueno, para el flamenco salimos con Enrique, tocamos con Enrique en Nueva York…». Pero cuando te quedas sin padres… Enrique sí era un maestro que te enseñaba. Ahora claro que hay grandes maestros, pero así que se junten para hacer cosas y crear es más difícil. Ahora toda la creación que hay es una ausencia. En el caso de Niño de Elche se representa más: porque representa toda esa imaginación que también representa el Omega y toda la trascendencia.
J: No sé, es un poco expandir cierta endogamia que puede haber en esos tipos de músicas. Nosotros la expandimos a nuestra manera y de una forma absolutamente libre.
A: Es la música de los huérfanos, no de los nuevos maestros.
J: La cultural tan rica que tenemos en Andalucía, la tradición que traemos nosotros y nuestro aprendizaje de la música rock… Todo lo que sa expandir eso y abrir campos es maravilloso, nos parece bien.
A: Lo que quizás sí se echa de menos es que los maestros de hoy compartan. Que los maestros que quedan que compartan, aunque sé que hay una tradición que hay que hermetizar, en el flamenco hay un orgullo, eso siempre va a estar ahí. Que nadie vea en nosotros un intrusismo. No, no, no. Hay un compartir. Pero por hacer un crítica: los maestros de hoy deberían juntarse no para hacr experimentos, sino sólo para compartir la información, porque esa información no está en internet ni en ninguna enciclopedia de Larousse, esa información la tenemos que trabajar nosotros.
J: Wikipedia ya (risas).
A: Yo es que soy más de anexos de Larousse (risas). Me gustaban más.
Cuando vendían las enciclopedias por casas. Ese es otro tema interesante…
J: ¿Me permitís una anécdota? Estábamos un día en el ensayo y se nos cuela un señor y nos dice: «yo soy el representante de Planeta…». Nosotros le dimos toda la confianza del mundo porque nos creímos que era el nuevo manáger de Los Planetas (risas)… Hasta que nos dimos cuenta que nos quería vender una enciclopedia. Nos quería vender la moto (risas). Y nosotros: «coño, el nuevo manáger de Los Planetas y no lo conocíamos».
Sevilla, próximo viernes, Sala Malandar. ¿Cómo esperáis que vaya la cosa?
A: Se espera bien porque vamos a hacer una sevillana (risas). Estas sevillanas están en el disco y son un homenaje al grupo de Morón, Gente del Pueblo, y yo creo que es la primera vez que nos vamos a atrever a tocar una sevillana en Sevilla. Esta gente ocupa las sevillanas al servicio del pueblo. Las ocupan como el que ocupa un cortijo y las letras no son tan amables.
J: Huyen un poco de la temática clásica de las sevillanas y se van a unas sevillanas jornaleras.
A: Por ejemplo, con Enrique estudiábamos todos los palos y siempre se te quedan la sevillanas y dices: «cómo afronto yo este problemazo que tengo aquí». Existen las clásicas de La niña de los Peines… Las sevillanas es un palo flamenco que es complicado.
J: Tiene un cierto punto clasista.
A: Se relegan, se posponen, están continuamente pospuestas.
J: Son iconoclastas pero desde un respeto máximo hacia ese género.
A: Así que, en el concierto haremos lo nuevo y luego una revisión un poco más amplia de canciones de lo antiguo. Porque así de broma decimos: «con que hagamos una de cada disco anterior ya tenemos el repertorio hecho». Intentaremos revisar también para que los conciertos no sean tan estáticos. Este será mucho más dinámico y con muchos más contrastes. Venimos de mundo desde muy profundos hasta muy planos. Sobre todo, queremos señalar que en Sevilla es donde primero haremos estas sevillanas.
¿Tenéis especial ilusión por alguna de las fechas de la gira? ¿Cogéis esta gira con la misma ilusión que la primera?
A: En este caso hay una necesidad reivindicativa. Tenemos un disco en el que sacamos a la superficie grandes de nuestra influencia y grandes de nuestro amor, y eso es lo que queremos compartir con el público. Así que hay una vocación luchadora de honradez. Con el disco y con la gira queremos gritar que «hay otra Andalucía», y con eso no queremos decir que la otra no sea Andalucía… Hay muchas. Hay una sumergida, que es la de: los valores cercanos (que no se valoran del todo). Se valora el éxito, y en Granada no te digo na, ella es una fanática del éxito, le encanta el éxito. Sin embargo, no todo es éxito, también hay que cantar los fracasos que nos han formado como grupo andaluz.
J: Pero, bueno, respondiendo al tema de la ilusión: nos lo creíamos cuando subíamos al escenario tocando canciones de hace veinte años. Ahora que tenemos disco nuevo, nos lo creemos veinte veces más. Siempre te dan esas ganas de vomitar antes de salir al escenario.
A: Hemos ensayado tanto… Tanto, que dice Eric que ensayar es de cobardes… ¡Por supuesto que es de cobardes! Nos estamos contradiciendo a nosotros mismos.
Con todas las entrevistas que os esperan por delante, ¿cuál sería el titular de titulares para el momento que vive Lagartija Nick?
J: Hemos saboteado el crimen con la creación.
A: Lo suscribo, lo subrayo y lo pongo en negrita.