Hablar sobre el Mad Cool Festival y otras tareas peliagudas
Por 10 julio 2017
Cuando la persona que escribe estas líneas se dirigía, chubasquero en mano, al recinto del Mad Cool Festival el jueves por la tarde, esperaba vivir un fin de semana inolvidable. No hay duda de que así ha sido, pero de qué manera.
JUEVES 6 DE JULIO
La tensión por la alta probabilidad de tormenta para el jueves 6, día del inicio de la segunda edición del Mad Cool Festival, estaba presente allá por donde mirabas. Pero eso no detuvo a nadie y a eso de las seis de la tarde el recinto estaba a rebosar.
El escenario de Mondo Sonoro nos llamaba, con los conciertos de Nora Norman y Neuman para inaugurar el festival. Un público sediento de experiencias musicales les escuchaba, nosotros nos encontrábamos entre ellos.
Tras ellos nos desplazamos a uno de los escenarios principales del recinto. Y aunque el concierto de Foals parecía prometer acabar con Yannis Philippakis perdido entre la masa de público que coreaba ‘My number’ y otros hits de los británicos, tuvimos que conformarnos con verle a ras de las tablas y dando un concierto bastante más flojo de lo que debería haber sido.
Solo unas horas después se acercaba el gran momento. Aquella noche Foo Fighters venían dispuestos a reventar el escenario 1 del recinto. Y sin lugar a dudas lo hicieron. Os diré que ha sido uno de los conciertos más memorables que hemos vivido hasta la fecha. La voz de Dave Grohl retumbada en todo Madrid. Tras dos décadas de trayectoria musical, dejaron claro nuevamente que ellos son el máximo exponente del rock con mayúsculas.
VIERNES 7 DE JULIO
Podríamos omitirlo. No sé si deberíamos, pero podríamos omitirlo. Llegados a la segunda jornada del evento, podríamos hablaros del concierto impecable de Shinova y del carisma que desprenden dentro y fuera del escenario. Podríamos contaros que nos encantó descubrir a Dear Audrey, una mezcla explosiva de La M.O.D.A y The Lumineers en castellano.
Podríamos hablaros de La Polla y de los siempre brillantes Sexy Zebras. Del derroche de energía de Gabi, Jose y Samu. De ese rock salvaje que tan enganchados nos tiene. También podría deciros que el concierto de Green Day fue el mayor espectáculo que han visto los ojos de quien escribe estas letras ahora mismo.
Podría deciros que fue un viernes inolvidable para mí y no mentiría. Pero no por todo eso. Llegados a este punto, son pocas las personas que no conocen los hechos que voy a relataros a continuación. Es algo de lo que no tenía previsto hablar, pero que voy a hacer porque creo que Pedro Aunión lo merece. Lo merece, entre otras muchas cosas, porque la barbarie que supuso ver que todo continuaba como si nada escasos minutos después del accidente no tiene nombre.
Faltando poco para que Billie Joe y los suyos saltaran al escenario con la energía gamberra que les caracteriza, uno de los espectáculos performativos del festival daba comienzo. Cuando todos los fotógrafos presentes preparaban sus cámaras para captar el momento, de pronto todo dejó de tener sentido. Nadie daba crédito a lo que estaba pasando, todos pensamos que era parte del espectáculo. Pero nuestros gestos cambiaron de manera radical cuando fuimos conscientes de lo que acababa de pasar.
Pero la banda nunca fue informada. Me niego a creer que lo sabían y siguieron. Como si nada hubiera pasado, contemplamos horrorizados como un ridículo personaje disfrazado de conejo aparecía en mitad del escenario bailando canciones de Ramones. Aquello, sinceramente, fue el máximo exponente de la fiesta de la deshumanización. El concierto transcurrió con total normalidad y no fue hasta pasadas más de cuatro horas cuando la organización se dignó a publicar el escueto texto que cito a continuación:
Mad Cool Festival lamenta el terrible accidente que ha sufrido el bailarín aéreo durante la segunda jornada del festival. Por razones de seguridad, el festival decidió continuar con su programación. Mandamos nuestras más sinceras condolencias a toda su familia. Mañana sábado 8, durante el festival, le rendiremos un sentido homenaje al artista.
Firmado: La Dirección del festival
Mal. Desde la primera letra hasta el punto y final, pasando por cada una de las comas que contienen las cuatro líneas de este «comunicado». Claro que lo lamentan. Sería una salvajada no hacerlo. No hay que premiarles por eso. Entiendo la no cancelación de la jornada por motivos de seguridad. Pero ni entiendo, ni comparto ni mucho menos voy a justificar la desinformación de manera consciente de los hechos a la banda. Porque ahí no entran los motivos de seguridad. Porque ahí no hay riesgo de accidente. Y no entraré en los posibles motivos de esta manera de actuar, pero la sensación de derrota y decepción con la que tuve que convivir y convivo hasta la fecha no se me va de la cabeza. Ni eso, ni lo evidente.
SÁBADO 8 DE JULIO
Las ganas se me habían ido. Dos de mis bandas top tocaban en la última jornada del festival y yo tenía tantas ganas de pisar el recinto de nuevo que iba a explotar (nótese la ironía). Pero no quedaba otra y por desgracia, la ausencia de los medios no iba a solucionar el desastre que ya nos tocó vivir a todos.
Así que decidí hacer del escenario de Mondo Sonoro mi mejor aliado y me fui a ver a Fizzy Soup. Con tan poco tiempo de rodaje en las tablas de los festivales, defendieron su Not So Far como verdaderas fieras encima del escenario. El público, aunque escaso, estaba entregado al cien por cien con los de Cuenca entre temas como ‘FAR’ o ‘Down in a bottle’.
Wilco era el siguiente en salir a escena, aunque por supuesto, en el escenario principal. Los solos de batería que irrumpían en el country introspectivo de la banda no dejaba indiferente a nadie. Impecables, como siempre, pero sorprendentemente originales en su registro. La banda encabezada por Jeff Tweedy puso en pie a un público que paradójicamente casi duplicaba en cifras al de la jornada anterior.
Si hablamos de arte con mayúsculas, es lo que desbordan los de Fuel Fandango. Espectacular, brillante hasta la última nota de sus canciones y con mención necesaria a los acontecimientos de la noche anterior, algo que extrañamos desde que pisamos el recinto por tercera vez el fin de semana. Gracias Nita, de corazón lo necesitábamos.
Los de Toledo venían con el subidón de haber tocado el jueves en el NOS Alive. Sí, hablamos de Veintiuno, cómo no. Sumados a las condolencias para la familia de Pedro, os prometo que fue uno de los bolos más sorpendentes de todo el festival. Hace más de un año que les sigo la pista y cada vez que tengo el placer de veros, han avanzado de una manera brutal. Por muchos años más, felinos.
Los encargados de clausurar esta edición tan agridulce fueron Kings of Leon y Foster the People. Qué decir de ellos que les haga justicia es complicado. Pero sí puedo aseguraros que los segundos en cuestión dieron un repaso musical al noventa por ciento del cartel en tan solo una hora de show.
Si os soy sincera, no sabría hacer balance de esta edición. Para quien haya llegado hasta el final, que saque sus propias conclusiones, bastante hemos dicho ya.