AnfiRock Isla Cristina, un festival de otro planeta
Por 11 julio 2017
AnfiRock Isla Cristina, entre unos cuantos, es uno de los festivales encumbrados por los que buscan algo diferente dentro de la dinámica festivalera (tan apañá) que reina en nuestro país. Y encima celebrado en Isla Cristina, qué más podríamos pedir. Hasta allí que nos fuimos cuando a junio le quedaban pocos días de vida.
España sobrevive – como puede – gloriosa, única e infinita, mu echá palante, ahorrando pa las Ferias, los Rocíos, los pisitos en la playa y pa irse de festival por to lo alto. Aunque no sólo de verano trate el planning festivalero (recuerda que somos capaces de montar una Quechua cuando y donde sea), es verdad que la mayoría de los festivales tienen la vista puesta en esta época del año. VERANO, VERANO, VERANO, ANSIA PURA. Así que, como festivales nos sobran y tiempo nos falta, resaltamos estos meses dentro de los más frenéticos del momento (el Granada Sound en setiembre también cuenta, ojo).
Sin embargo, nuestro país se nutre de citas muy parecidas entre sí que apagan la sed de los más sedientos y dan dinerito a sus organizadores /promotores/gente que sabe. «El negocio es el negocio» es una de las frases estrella y oye, se entiende. Pero tanto postureo (nos venden un cartel como si fuera EL CARTEL) es como vivir en una constante Feria de Abril con las mismas sevillanas de siempre sonando a todo trapo mientras bebemos cervezas varias y algunos cubatas a un precio desorbitado. Y lo peor es que hay mucha, mucha peña que lo compra. Hacer dinero está bien y dar a la demanda lo que quiere, también, eso no lo discutimos (solemos aguantar y comprar mucho, incluso lo que sea, está comprobado), pero vivimos rodeados de listas prefabricadas, cosa que si ocurre con más frecuencia de la normal, cansa y aburre, aburre y cansa. Que levante la mano quien encuentre un cartel sin LOVE OF LESBIAN escrito en 72, plis. Los carteles – ambiciosos – que circulan por nuestras pantallas desde el octubre pasado – ya se hacen realidad finde tras finde. Esto es un no parar, amigos, y algunos, mientras tanto, sólo asentimos con la mirada. A nosotros sólo nos quedan algunas citas aisladas en comparación con la vasta moda festivalera y venimos a hablar de una de ellas, porque todavía hay una esperanza llamada AnfiRock Isla Cristina.

Con este «panorama rebosante de diversidad musical» nos quedaba un último aliento nada insignificante. Los últimos 23, 24 y 25 de junio AnfiRock Isla Cristina se coronó bien alto sin hacer demasiada caja. ¡CHIN CHIN! Muchos pensarán que es una auténtica locura salir hacia delante con tan pocas ganas de embolsar cantidades desmesuradas (si hubieran tenido ganas de hacer mucho mucho dinero, el cartel – está claro – hubiera sido diferente, un imán de mayorías). Pero no, quedan organizadores que apuestan por ofrecer un programa diferente a lo que la masa (esa llamada demanda) pide. La organización (el equipo que está detrás de este tinglao), con el cartel de esta última edición demuestra con creces que lo que importa, ante todo, es la música en directo y se aleja de un producto goloso y atractivo bien manoseado por la mayoría de promotores. Que se rifen ellos los likes, ¿no? Por cierto, hablando de buen material, con sus más y sus menos, larga vida también al Monkey Week, coño, otra cita de diez que nos mantiene atentos año tras año desde hace ya unos cuantos.
Han pasado semanas ya y AnfiRock Isla Cristina no se va de nuestras mentes. Tenemos frescos los recuerdos y ahora contamos los días que faltan para que el 2018 nos meta de nuevo en ese anfiteatro. Un evento para todos los públicos, familiar y tranquilo, que corre de boca a boca y sube como la espuma con cada nueva edición. Es cierto que en Sevilla ese fin de semana hubo de todo, lo que influyó – estoy segura – en el volumen de público, pero y qué, el rock no faltó en ningún momento. Hagamos un breve repaso a todo lo que sonó ese fin de semana.
Comenzamos por Capsula, esos argentinos residentes en España, demostraron que el rock show aun no ha muerto. Desde Portland ( EEUU) llegó el garage rock sesentero de The Shivas, que dejaron claro que tener clase sobre el escenario es una virtud.
Cave Story, ese indie rock portugués a lo The Stroke, hicieron que el segundo escenario bailara a lo loco. Rufus T. Firefly, la banda más importante y conocida de la escena psicodélica española, demostraron – una vez más – que tienen uno de los mejores directos de este país.
Bottle Cap fueron el gran descubrimiento de esta edición; sin duda, estos suecos y su rock show a lo The Hives nos cautivaron con su brutal espectáculo, son bravos por naturaleza.
All La Glory, la banda sevillana que es sinónimo de hacer temazos, tocaron – como siempre – historias sencillas, bonitas y muy pegadizas.
Y llegamos a Revel in Dimes, uno de los mejores conciertos de este año, blues rock a lo Black Keys; la banda cuenta con una cantante negra con un rollo en el cuerpo y en la voz que es placer del bueno.
Con Nunatak el indie pop aterrizó rodeado de canciones con una sensibilidad que pone los vellos de punta. Por no hablar de No Crafts y su post punk, el que nos teletransportó a finales de los ochenta con sus ritmos cortantes y bailables.
Delbosque fueron los alumnos aventajados de los mejores y más noventeros Los Planetas y su buen pop shogaze hizo el resto. De Bronquio se esperaba todo lo bueno que se puede esperar de la electrónica house bien hecha. El jerezano fue el único que actuó dos veces, la primera de ellas sirvió para ponernos a punto en la jornada del sábado y la segunda minutos antes de echar la llave a la segunda y última jornada AnfiRock. El futuro es Bronquio.
No nos olvidamos de los directos que nos regalaron los buenos de Vía Verde, Animal House y Terry vs Tory, este ultimo uno de los grupos más prometedores de la nueva escena sevillana: shogaze y neopsicodelia se abrazan en una combinación perfecta. No podríamos terminar con este texto sin resaltar los buenos ratos que nos hicieron pasar ,a pie de playa, La Rubia Pincha, WemakefriensDj, NoConforme Dj y sin decir que nos quedamos con las ganas (debido al temporal) de ver a Kindata y Andy Jarman.
Como podéis comprobar, AnfiRock Isla Cristina fue y es nuestra medicina del hoy y del mañana. Porque festivales de verdad quedan pocos.
Este texto hubiera sido un imposible sin la compañía de Quentin Gas.