Encubiertos y Lykke Li
Por 16 enero 2017
Un artículo de Miguel Romero.
Encontrar buena música puede resultar una ardua tarea, al menos aparentemente. Hace décadas, las listas de éxitos eran pobladas por artistas cuya música generaba legiones de seguidores, cosechaba buenas críticas y despertaba debate e influencia. Ahora, para encontrar buena música en el panorama actual, quizá tienes que buscar un poco más, navegar por Internet o recurrir a alguna plataforma de streaming. Pero está ahí, existe.
A través de Encubiertos, nos acercaremos a aquellos artistas que siguen creando arte. Independientemente de su éxito comercial, se tratará de músicos que componen y que lamentablemente no siempre consiguen el reconocimiento que debieran. Y por suerte, el panorama está plagado de estos artistas “encubiertos”. Periódicamente dedicaremos cada post a un artista diferente que consideremos encubierto y hablaremos de por qué se merecen el puesto.
Para esta primera ocasión quería comenzar con una artista que personalmente opino que tiene todo aquello que la industria comercial o mainstream exige, pero que por una u otra razón ha decidido alejarse del camino de la “gloria” y del poderoso caballero Don Dinero.
Lykke Li
Nuestra elegida encubierta para presentar esta sección es Li Lykke Timotej Zachrisson, conocida como Lykke Li. Sueca de nacimiento y criada entre su país, Portugal, Marruecos y Estados Unidos. Echando una ojeada a su biografía, no es raro entender por qué Lykke Li se decantó por explorar su lado artístico. De madre fotógrafa y de padre productor, desde los 18 años no ha parado y no se ha tomado un descanso dentro del mundo musical hasta llegar a la treintena y por el motivo de la maternidad. En su extensa carrera encontramos tres EP, a destacar Little Bit, tres álbumes de estudio, Youth Novels, con el exitoso “I’m Good I’m Gone”; Wounded Rhymes, del cual se extrajeron grandes hits como “Get Some” o el mítico “I Follow Rivers” y su más esperado y reciente I Never Learn, con el etéreo “No Rest for the Wicked”.

Son muchas las razones que me han llevado a decidirme por Lykke Li como gran ejemplo de encubierta. Li es el perfecto ejemplo de poder triunfar y no tener ni un ápice de interés en liderar listas de ventas o éxitos. Talento, apariencia, aptitud, sonido, estética, estilo…Ella representa todo lo que una discográfica busca a la hora de activar la máquina de hacer dinero. Todo por lo que la industria muere por encontrar. Pero ha demostrado con su carrera su nulo interés para vivir en el punto de mira. Con Youth Novels lo tenía todo a su alcance. Era su momento. Un álbum aclamado por la crítica, repetido por cada radio y con una melodía difícil de aborrecer. La presentación de una artista novel y con una voz agradable y personal. De estas voces que no te cansas de escuchar fácilmente, con un deje triste, casi como una caricia que te invita a sumergirte en ella. Su estética llamó la atención, con una mezcla de excentricidad y rareza bellas. Sin embargo, Wounded Rhymes supuso la ruptura y alejamiento de ese camino.

Pese a descubrirse sus temas más comerciales y con más tirón, Li decide que no es ese el camino que quiere tomar como músico. Y lo tiene todo, ¿eh? Es bailarina, ha sido modelo y fotógrafa. Habilidades no le faltan a la sueca que le gusta llevar el pelo mojado. Además, tiene talento para la interpretación y todas esas facetas han podido verse en su diversa videografía. En sus videoclips se puede apreciar la multitud de facetas que puede ofrecer Li y todo ello es fácilmente apreciable en su extensa colaboración con el director Tarik Saleh, el cual ha dirigido a Li en la mayoría de sus vídeos. Con él, nos regaló el shortfilm “Sadness is a Blessing”, una canción de su segundo álbum y que protagoniza Li y el aclamado actor Stellan Skarsgard. Fue en esta pieza donde supe que existen pocos músicos como Li en el panorama actual. Capaz de transmitir con una sola mirada a la pantalla y con sólo unos acordes de fondo. Engloba lo mejor del siglo pasado y la era analógica con el concepto visual de la música actual. Su letra es real, intensa y brutal. Es humana y duele. Li también decidió confiar en Tarik Saleh para dirigir la mayoría de los vídeos de último proyecto, I Never Learn, el más personal hasta la fecha. Es aquí donde alcanza el cenit en su relación con el productor y compositor Bjorn Yttling, que ha producido sus tres álbumes de estudio. Sin duda, una relación de más de una década que ha culminado en ellos dos produciendo juntos el último álbum de Li, junto al aclamado Greg Kurstin. Li es una mujer con talento y con mucho aún por ofrecer.

Ahora os cuento por qué Lykke Li enamora con su arte y qué tiene de encubierta. Ella tiene un sonido ecléctico, fusionando percusión africana con folk y electrónica. Se sirve del sentimiento del indie más puro y navega por el R&B como le apetece. Aparentemente sus álbumes tienen poco en común y a la vez son parte de un todo. Su música es como un músculo al que ha ido tensando y tensando, experimentando hasta dónde llega la flexibilidad de su extremidad. He de admitir que hasta 2014 mi interés por ella fluctuaba. Pero el trabajo de Li ha sido muy constante y ha aparecido en múltiples formatos. Rodeada de fuente de inspiración no ha parado de colaborar con un sinfín de artistas. Desde David Lynch, pasando por Kanye West, hasta Woodkid o Bon Iver. Ha actuado en una película sueca a la que ha puesto música. Ha colaborado en múltiples bandas sonoras y recientemente ha formado este año un grupo con diversos artistas llamado LIV –que significa “vida” en sueco-. Con este grupo, ha publicado tres canciones y un videoclip. En este trabajo, el sonido ha encontrado un punto intermedio entre folk y la música sintética. Mezclando viejas raíces y fusionando con el estilo de la gran variedad de artistas que componen Liv. Aún no se sabe el futuro de la carrera de Li como solista o si decidirá continuar compaginando su vida personal con este grupo. Sea cosa de un álbum, EP o una gira compuesta de sólo un par de canciones inéditas, liv merece la pena de escuchar.
Con Lykke Li experimentas un viaje trascendental a lo largo de su carrera. Lleno de altibajos, con momentos que te harán revivir tu juventud más alocada o la intensidad de tus sentimientos más puros. Amor, rechazo, soledad, nostalgia, melancolía, esperanza, una algarabía de color y emoción pura y cruda. Es un bofetón que contiene la clave de la vida misma. Y es que todos somos humanos. Todos hemos sido adolescentes y hemos estado ilusionados. Nos hemos creído los amos y señores del mundo. Nada te traspasa, nada te daña. Y todos hemos crecido y hemos vivido una veintena llena de baches y desmotivaciones. Algunos seguimos inmersos en ella. Y luchamos por salir a flote y por buscar la inspiración allá donde se esconda. Lejos de nuestra vista pero al alcance de nuestra mano. Todos hemos amado y hemos vivido una ruptura. El desgarro que supone separarte de aquella persona que lo era todo y por la que todo giraba y funcionaba. Como una tuerca de un engranaje sin la cual todo se quiebra. Lykke Li pasa por todas esas fases a lo largo de su carrera musical.
Me enamoré de I Never Learn, perfecto lema que encierra mucho significado. Compuesto de nueve canciones intensas y llenas de sentimiento. Sin escondite, sin recelo a mostrar su persona libre de cualquier máscara u ofuscación.
Debes escuchar a Lykke Li si eres de aquellas personas que te recreas con el concepto clásico de la buena música. Si eres de los que te enamoras de una melodía y te dejas conducir por ella. En su repertorio encontrarás temas dignos de convertirse en la banda sonora de tu sábado más inesperado y frenético. También hallarás temas que se convertirán en tu refugio de invierno, al cual recurres para recrearte entre mantas y calefactor. Ella es encubierta por mérito propio. Porque abraza su rareza y la convierte en su marca. Lykke Li se aleja de los convencionalismos y huye de lo preestablecido. No hay clichés ni posturas. Es encubierta porque lo elige así. Sin más.
Una canción a elegir por álbum: I’m Good I’m Gone, Sadness is a Blessing, I Never Learn.
Todos hemos estado encubiertos por voluntad propia o ajena. Todos sabemos lo que significa no ser tú mismo. Esta sección es para todos aquellos amantes de la música que adoráis saber un poco más allá de aquellos artistas que han estado, están o seguirán encubiertos.