Maasåi Magazine: «Sigue faltando mucho por contar en Sevilla»

Por Rafael Tovar

Sábado por la mañana y, aunque sea pleno mes de diciembre, el sol reluce en el barrio de San Julián. Barrio sevillano de intramuros, cómo llamamos aquí a todo lo que se sitúa dentro del casco histórico de la ciudad. Con Miguel Jiménez, Alfonso Barragán y Noemí Agalia (o lo que es lo mismo, los artífices de Maasåi Magazine -a falta de María Hesse, quien no pudo acudir a la cita-) me dirijo hasta el bar La Hacienda, en la calle San Hermenegildo donde sirven, nos dicen, los mejores churros -”calentitos” para los que no sean de aquí- de la ciudad. La Hacienda es uno de esos bares que abundan en  Sevilla, aunque desgraciadamente ya menos, por los que no pasa el tiempo. Sus camareros bien dispuestos peinan ya canas desde hace años (alguna que otra década), la clientela es fija y entre ellas se encuentra el primer turno de Policía Local que patrullará el barrio en la mañana. Cerca de ellos nos sentamos, como escoltados, para iniciar una charla matutina que nos lleve a descubrir más los entresijos de Maasåi Magazine, realizada desde Sevilla para el resto del estado. Quizás uno de los proyectos editoriales más interesante de la ciudad nacido en los últimos años y al calor de las hogueras de esta crisis interminable. Una foto del dueño del bar con Alberto Rodriguez (director de La Isla Mínima, Grupo 7, etc…) preside nuestro encuentro, y una rueda de churros llega a la mesa.

¿Churros o tostadas?

Alfonso Barragán: Yo churros. Churros sin azúcar y sin chocolate. Yo a pelo.

Miguel Jiménez: Yo tostada con aguacate y… (risas). No. Yo soy de tostadas, tostadas con aceite y jamón. Sin dudarlo, vamos. Y mira que soy de dulce, pero…

¿Un sitio fetiche en Sevilla para tomar el desayuno?

A: ¡Hostias! Voy a decir uno que no tiene churros.

M: ¡El “Trini”! (risas)

A: No. Bueno. En la adolescencia era el “Trini”. Pero no era para desayunar, era porque venías de marcha.

M: ¿Era un desayuno?.

A: Era un “serranito”. O el “Panarra”, que estaba al lado de mi barrio, y que nada más había policías, prostitutas y borrachos. Pero ahora para desayunar “El Manuel”, en la calle Regina.

M: Yo es que no suelo desayunar fuera de casa. Soy más de meriendas.

Por Ángel Bernabeu
Por Ángel Bernabeu

¿Cómo explicaríais el proyecto de Maasåi Magazine a alguien que llegue a él por primera vez?

A: El proyecto ahora es una revista. Comenzó siendo una web. El objetivo de Maasåi siempre ha sido enseñarle a la gente que hay gente que hace las cosas muy bien. Y los campos que nosotros trabajamos son los del diseño, la música, la cultura, el arte, la fotografía, es decir, la cultura principalmente.

M: Prácticamente todas las disciplinas artísticas. La literatura quizás se nos está quedando un poco fuera. Ya hemos entrado en cine y hemos entrado en artes escénicas.

En vuestra web tres grandes secciones son de artes gráficas. Tenéis ilustración, diseño y fotografía…

M: Diseño en realidad es muy amplio, porque en diseño ha entrado diseño de moda, ha entrado diseño industrial, ha entrado diseño gráfico, hay incluso entrevistas a agencias y estudios de diseño. Por lo que no es “diseño gráfico”, sino que es mucho más.

A: Todo lo que esté dentro de la comunicación visual.

M: En su momento tuvimos un debate con cómo nombrábamos las categorías en la web, porque se nos estaban quedando demasiado cerradas.

M: Y era… “Pues hacemos Cine, o hacemos una categoría de Nos gusta”, y entonces te encuentras con tres o cuatro entrevistas de cine, y ya tienes una categoría aquí y la puedes armar.

Noemí Agalia: Y al final, si además tienes a alguien interesante que quiere contar su historia, o mucha gente interesante que te quiere contar su historia, tienes que ampliar el rango, si no dejarías gente fuera. E igual son gente que el perfil cuadra.

A: Ya en la portada de la revista, tanto en la primera como en la segunda, aparecen como tres grandes bloques: “Diseño, arte y cultura”. Casi podríamos quitarlos y dejarlo en “Cultura”, pero bueno. Es un poco como eliminar todas esas subcategorías que tenemos que siempre hay una que no cuadra con otra porque cada vez van entrando más. Pero cómo tenemos esa manía de categorizarlo y etiquetarlo todo… Con “Diseño, arte y cultura” ya hay suficiente.

Por Ángel Bernabeu
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Me sorprende la entrevista con Coke (jugador de futbol del Sevilla F.C.), que en un principio no entra en ninguna de esas subcategorías que tenéis en la web.

A: Claro, no entra pero Coke tiene muchos elementos que hacen que cuadre con Maasåi. Nosotros conocimos a Coke porque es muy amigo de Jesús de la librería “Un Gato en Bicicleta”, que ya estamos como rompiendo uno de los primero mitos: Un futbolista que es muy amigo de un librero. Luego él hacía teatro. Nos enteramos que él conoció a Jesús porque daba clases de teatro allí, en “Un gato en bicicleta”. Es como otra rareza. Y luego que es un tío que va a que le recomienden libros y lee libros, o sea, que rompe un poco el mito. Y tiene un discurso. Creo es muy interesante: Toda su historia del Rayo Vallecano, un tio super humilde, su padre es taxista…

M: Es un momento también en el que la revista todavía se centraba mucho en Sevilla. En contar lo que estaba sucediendo en Sevilla, qué cosas interesantes había. Y entonces era una forma de contarlo desde la perspectiva de alguien que por ser futbolista, se entiende que, es ajeno a todo ámbito cultural. Y sin embargo luego te encuentras a alguien que está super metido, que le encanta vivir en el centro porque quiere vivir cerca todo eso, y encima a él le interesaba lo que nosotros le estábamos contando: Que había una Sevilla ajena a la oficialista, a la “eterna”, que estaba haciendo las cosas bien y había que contarlo.

¿Cómo es el paso para que Maasai Magazine salga de Sevilla y empiece a centrarse también en otras ciudades? ¿Tiene que ver con un paso natural o una estrategia comercial?

M: Yo creo que es un poco de mezcla.

A: Comercial no ha habido casi nada. Al menos bien planteado no ha habido nada. Si que es cierto que al principio nos cerramos mucho y dijimos “Sevilla” por poder abarcarlo, ya que éramos tres.

M: Bueno, y realmente sigue faltando mucho por contar en Sevilla.

N: Y por aportar. Hay mucha gente interesante aquí e igual no se encuentra tanto porque no tienen tanta visibilidad, porque en Andalucía no se hace tanta autopromoción como en otros sitios. Pues es una forma de sacarlo a relucir.

A: Pero pasó una cosa que nadie nos esperábamos al principio: La difusión que iba a tener ésto. Entonces nosotros dijimos: “Bueno, hacemos esto de Sevilla y ponemos que es de Sevilla”. Pero a las dos semanas no paraban de llegar propuestas de gente de otros sitios: “Oye, pues yo conozco un estudio de Huelva”, “oye, yo conozco una gente de Málaga”, “oye, somos un grupo de Granada”. Y al principio decíamos: “no, no, mira, es que de momento es Sevilla”, hasta que nos dimos cuenta de y ¿por qué no?. Y dentro de nuestras posibilidades, porque ya conoces tú muy bien cómo hacemos nosotros las entrevistas, que son muy personales, que nos gusta ir al sitio y hablar con la persona igual que estas haciendo tú aquí. Entonces, claro, al principio irnos a Granada, irnos a Almería o a Huelva, aunque están cerca pero se nos salía de la previsión. Lo que pasa es que poco a poco sí que dijimos “oye, ¿y por qué no?, ¿y por qué no?, ¿y por qué no?”.

M: Y aprovechábamos un viaje y hacíamos un par de entrevistas. Comíamos con uno y cenábamos con otro y lo íbamos sacando.

A: También cerrarte al mismo sitio es una tontería, pero no sólo por el proyecto en sí mismo, sino por la propia gente que estás sacando. Si nuestro objetivo era darles difusión a gente que había en Sevilla, tenía mucho más sentido darle también difusión a gente de Málaga, por ejemplo, porque al final alguien de Málaga puede necesitar a alguien de Sevilla o viceversa. Y si se empiezan a conocer es cuando se empiezan a crear las sinergias. Y ya no te digo con alguien de Barcelona o de Madrid. Me imagino que también para el propio profesional o artista que entrevistamos era positivo que su trabajo no sólo se vea aquí, sino que se vea también en A Coruña.

¿Entonces cuál fue el planteamiento inicial y primigenio de la revista?

A: El planteamiento primigenio es, lo he dicho muchas veces, que yo vengo a Sevilla después de pasar muchos años viviendo fuera y pienso que esto es una mierda. En la presentación puse un dibujo que era “Sevilla es un mojón”. Pero cuando llevo aquí un mes me doy cuenta que no. Claro, yo empecé a buscar curro, empecé a moverme un poco, a ver por dónde… Y me di cuenta que había un montón de cosas, y era como “¡hostias! ¿Y por qué yo siendo de Sevilla no conozco todo ésto?”. Y echaba de menos una plataforma, algo, que me mostrase un poco eso. Cuando vives en una ciudad sí que conoces un poco, pero no había proyección. Era raro. Tú buscabas “música en Sevilla” y te salía Pony Bravo y cuatro más, pero no te salía nada más. Ese es el orígen. Ese es el decir: “¡Hostias! Aquí se están haciendo muchas cosas. Vamos a sacarlo a la luz”.

Por Ángel Bernabeu
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¿Y os conocísteis en ese momento o ya os conocíais vosotros (Alfonso y Miguel)?

A: Yo conocí a Miguel en Barcelona.

M: A través de mi hermana.

A: A través de su hermana. Y a María Hesse la conocí aquí a través de unos amigos. Sí que con María, como ella venía de fuera también, íbamos buscando: “Oye, ¿tú has visto este estudio de diseño? ¿tú has visto este ilustrador?”. Entonces ella y yo sí que empezamos a ver que había muchas cosas. Conocimos a Alejandro Rojas de Lab Sevilla y justo se hizo la segunda Sevilla Design Walk. Además llegamos justo en el verano, empezó septiembre, empezó el curso y empezó a haber mucha actividad.

N: No llegaste en mal momento.

A: Claro. No, lo mismo llego en Semana Santa y me cago en los muertos. Mi plan era llegar a Sevilla e irme. Irme a vivir fuera. Tal como llegué yo dije: “Bueno, pues me busco un curro y me piro”. Me iba a ir a Madrid o no sé. En principio era Madrid que era lo que tenía más fácil.

Y luego a Miguel ya lo conocía, sabía que era fotógrafo, entonces le propuse participar. De hecho lo primero que le propuse fue hacerle una entrevista y me dijo que no. Lo que sí me dijo es que el proyecto le encantaba y que se tiraba de cabeza. Cosa que yo al principio no me terminaba de creer, porque yo le propuse hacer algunas fotos para entrevistas y en La Cacharrería me dijo: “No, no. Algunas fotos no. Yo las quiero hacer todas”.

M: Yo no había hecho nunca ese tipo de fotografía.

A: De hecho la primera remesa de entrevistas hizo muchas fotos pero no todas. Porque yo todavía no terminaba de creerme que él quería meterse de lleno. Pero bueno, aquí está.

A veces uno leyendo la revista le parece que se centra mucho en los movimientos culturales de actualidad o en tendencia y que se olvida del pasado cultural, también bastante rico, de la ciudad. ¿Es una crítica que os llega? ¿Es algo buscado? Podría dar la sensación de que no os interesa lo pasado.

M: No, no, es que a ver, aquí ha pasado una cosa, que nosotros hemos ido haciendo entrevistas a gente a la que teníamos acceso. De hecho ha habido alguna vez que hemos llegado a alguien que estaba muy fuera de nuestro ámbito y ha sido a través de conocidos como sale la entrevista. Ha sido muy natural. Conocíamos a Alejandro Rojas, pues lo entrevistábamos, y a través de él se llegaba a nosequién, y ahora él mismo entrevistaba a alguien. De hecho una cosa que pasaba es que entrevistábamos a alguien y esa persona, muchas veces, hacía una entrevista a otra persona. Muchas veces era entrevistas entre conocidos. Entonces, quizás por eso, nos hemos quedado en nuestra época.

Yo hablaba con un primo mío, arquitecto, tiene cincuenta y pico de años, pertenece a otra generación, y me contaba que estaba juntando a un grupo de gente con inquietudes y demás, y me decía que él mismo veía eso entre la gente de su generación. Que al final su generación se juntaba entre ellos, otra generación anterior que también se juntaba entre ellos,  y no había comunicación entre generaciones, y que eso era una pena. Estaría bien poder conseguir unir todo eso, construir un eje vertical. Pero al final es una cuestión de contactos y de que te tomen en serio. Y de hecho nos ha pasado. Ha habido algún entrevistado que le ha costado un poco darnos pie.

A: También ha habido gente de otras generaciones. Por ejemplo el reportaje de Laura R. García, incluído en el número dos, revisitando la obra de Josefina Molina, o la entrevista que le hicimos al caricaturista Jaime Pandelet, que tiene una trayectoria importante.

Por Ángel Bernabeu
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¿Hacer Maasåi Magazine ha condicionado vuestro círculo de amistades?

A: En mi caso sí, y era un objetivo.

¿Un objetivo?

A: Claro. Uno de los objetivos de Maasåi parte del “dar a conocer”. Entre Perú y Barcelona yo llevaba mucho tiempo sin vivir en Sevilla. Entonces a mi una de las cosas que me daba miedo era volver a Sevilla y que no hubieran pasado diez años, o doce años, o trece años. Y yo tengo mis amigos, núcleo duro del barrio y tal, gente de la universidad, con el que alguno mantengo contacto, pero era como “¡hostias! yo tengo que conocer gente nueva”. Entonces el proyecto de la web, porque al principio fue una web, era conocer gente del mundo profesional al que yo me quería dedicar también. La explosión fue tal que ya no es que conozca a gente en plan conocidos, sino que gracias a la revista al final he hecho mogollón de amigos. Tú eres uno de ellos, ella (Noemí)… Si tú miras hacia atrás y haces un trabajo de investigación sobre mi seguro que llega un punto, hace tres años, en que la información desaparece, no tienes información mía, de amigos en común, etc… Y luego con entrevistados también y gente a la que yo en mi caso admiraba, y sigo admirando. Eso es una de las cosas más bonitas, que me parecían inaccesibles y luego poder haber coincidido con ellos, haberlos podido entrevistar, y que en muchos casos se han convertido en amigos. Al final eso es lo más bonito de lo que estamos haciendo. Por lo menos para mi es lo más bonito: Las relaciones personales que se están dando.

¿Cómo decidís a quién queréis entrevistar? ¿Por contacto? ¿Porqué os gusta lo que hace?

M: A veces ni nos gusta lo que hace (risas). A veces nos gusta la historia que hay detrás, o lo que puede contar, pero obviamente sí es importante que nos guste lo que hace. Muchas veces es más una cuestión de accesibilidad.

N: Normalmente el que entrevista es el que propone a la persona.

A: Hay como varios factores. El básico es que alguno de nosotros, o de nuestros colaboradores, conoce el trabajo de alguien y lo propone. Si casa con el proyecto se hace. Luego están los círculos de confianza, de colaboradores o de gente que te conoce bien y te propone muchas cosas. A nosotros nos han propuesto cosas de las que no teníamos ni puta idea, pero ni puta idea. Como por ejemplo cuando nos propusieron la entrevista a Saturno Records, un sello discográfico de Sevilla que hace unos años editaban en vinilo discos de grupos de garage de adolescentes australianos. Y lo que decía Miguel, gente que no nos gusta lo que hacen pero sabes que lo hacen muy bien. Porque al final esto es cuestión de gustos. Tú puedes hacer unas fotos del carajo, técnicamente y tal, y que no te gusten, pero la historia que hay detrás, el background, como curra… Está muy bien hecho. De ahí viene un poco también el lema de la revista que viene de una charla que vi del director de Yorokobu que dijo: “ostias, es que hay gente por ahí que hace cosas muy bonitas”, y para mi fue como… “a eso le falta algo”. Es que a mi que sean bonitas, sí o no, depende de cada uno. Pero que sean buenas sí.

También el cómo hacemos las entrevistas es una ventaja. El resultado final del trabajo del profesional de turno nos da, entre comillas, un poco igual. A mi el último disco de Ricardo Lezón, de Mcenroe con The New Raemon, entre comillas, me da igual. Me puede gustar o no. Yo lo que quiero saber es toda la trayectoria. Después de escuchar toda la trayectoria me va a aportar mucho más.

Por Ángel Bernabeu
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¿Y os habéis encontrado alguna vez con alguien que a priori pensáis que tiene un discurso y luego no? ¿O que en su día no fuisteis capaces de sacarle nada interesante?

A: Sí. Yo me he encontrado con un par así. Y luego me he encontrado con gente, y ahí es problema mio de no ser periodista y no tener ciertos recursos, a la que no he sido capaz de sacarle mucho. Y yo sí sabía que tenía una trayectoria muy interesante. A lo mejor no una trayectoria con una potencia de curro, pero sí con una trayectoria muy interesante, muy multidisciplinar y con muchas referencias. Pero te toca una persona ultra tímida, que te responde con monosílabos, y no fluye. Y eso te cuesta un montón. Pero bueno, el problema ahí es mío, que no soy periodista y entonces no tengo las herramientas.

M: También es un poco normal porque nosotros tendemos a entrevistar a gente que no tiene presencia en medios, que nunca le hicieron una entrevista. De hecho es una respuesta que obtenemos muchas veces: “¡ostras!, a mi nunca me han hecho una entrevista, ¿qué vais a hacer?”, y eso condiciona bastante. Pero bueno, también vamos teniendo más práctica y ya sabes un poco por dónde tirarle.

¿Habéis tenido conocimiento de algún entrevistado o entrevistada cuya presencia en vuestro medio le haya servido profesionalmente?

M: Sí. De hecho una de las cosas que más valor tenía al principio en la revista era el ver cómo se iban creando sinergias entre disciplinas diferentes. Sobre todo cuando estábamos en Sevilla se notaba más porque veías como un ilustrador que era de un barrio no conocía a otro músico, que estaba en otro barrio, y terminaban haciendo una colaboración. De hecho creo que en el primer aniversario hubo gente que lo comentaba. En su momento lo hablamos y lo valoramos un montón, porque estaba sirviendo para hacer “comunidad”. Se veía como la revista iba haciendo comunidad.

¿Se puede hablar entonces de un universo Maasåi?

M: Tanto como eso… pero sí.

A: A mi me ha llegado gente que me ha dicho: “¡Tío! Después de la ilustración que hice para vosotros me han llamado para hacer otra, porque la vieron en Maasåi”. O gente que no se conocía y han acabado montando una exposición conjunta.

M: Bueno, son inspiraciones que van llegando.

Entonces las dos portadas de Maasåi Magazine en papel, tanto la de Ricardo Cavolo como la de Laura Agustí, ¿se puede decir que son productos de esas sinergias?

M: Sí, son gente que conocemos, y a raíz de conocerlos y de que hay un buen rollo sale la cosa. En el caso de Ricardo Cavolo, cuando le hicimos la entrevista, tenía ya mucha proyección y te encuentras con un tío super cercano cuando podía estar un poco “endiosado”, y eso también te ayuda a acercarte tú.

Por Ángel Bernabeu
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¿Y en qué momento os planteais pasaros al papel?

A: Porque la gente es “mu pesá” (risas). Ya te digo. De repente la web empieza a tener seguidores, y mucha gente nos dicen: “¡oye!, ¡qué guay!, ¡qué guay!, pegaría hacerlo en papel. A esto le va el papel”. Y luego a mi me encantan las revistas en papel.

N: A todos.

A: A Miguel también, yo creo que a todos. Entonces era como… “Te imaginas, te imaginas, te imaginas…”. De hecho, yo al principio, lo primero que pensé fue en una revista gratuita en papel con sesenta mil anuncios. Pero empezamos por la web y ya lo del papel lo dejé como algo imposible. Pero la gente pedía, pedía, y pedía. Y cuando ya llevábamos un año o una cosa así, un día nos lo planteamos en serio: “Con la comunidad que tenemos y tal…”.

M: Nos lo planteamos en serio no. A Alfonso se le fue la olla y dijo: “vamos a sacarlo”, y yo era como… “estamos locos” (risas).

La verdad es que el papel, desde la primera vez que nos sentamos a hablar de Maasåi, era como “oye, pues esto molaría poder algún día llegarlo a sacar en papel”. E incluso el día de la presentación que hicimos en el Red House ya había gente que nos preguntaba: “Bueno, pero ¿esto dónde se puede comprar?”, y era una web. Pero ya había gente que estaba viendo papel. Y es que era eso, los contenidos pedían papel.

Y cuando os planteais papel, ¿tenéis en mente alguna revista como referente?

M: Sí. Yo personalmente tenía dos o tres en mente. Revistas americanas de lifestyle, de viajes, rollo Cereal, rollo Kinfolk. Era, quizás un poco, las que nos marcaba el camino.

A: En cuanto a estética están claras esas referencias. Luego en cuanto a cómo tratar el contenido, a perder el miedo a entrevistas extensas, Jot Down ha sido una referencia bastante clave. A mi me lo dicen al principio, que vamos a acabar colaborando con ellos, y que ellos van a tener una presencia tan clave en el proyecto y no me lo hubiese imaginado.

¿Cómo llegáis a seleccionar el contenido para el papel?

M: Bueno, han sido dos procesos diferentes. Porque el primer número es prácticamente un resumen del primer año y medio de vida de la revista on-line, y entonces ahí seleccionamos por cosas que nos interesaba más, intentando que fuese lo más diversa posible, con gente de fuera, gente de Sevilla, Barcelona, Málaga… Hay como muchos criterios a la hora de elegir. En cambio en el segundo número casi todo es inédito, excepto un par de entrevistas que hemos querido meter y ya estaban publicadas. Y ahí sí que nos planteamos “a quién nos gustaría entrevistar”, o “a quién tenemos más a mano” y empiezan a salir nombre: “Oye, pues tal, oye pues cual. Llama tú a no sé quién a ver si se puede hacer esto”,  y van surgiendo, “oye, pues yo tengo este texto y podemos meterlo”.

A: Y bueno, está claro que el papel se comercializa. Es decir, tiene que haber un rendimiento económico, con lo cual tiene que interesar a mucha más gente. Y se va a comercializar en todo el territorio, con lo cual hay que tener también un equilibrio ahí de contenido local y contenido más nacional, e incluso más bien diluir más esa etiqueta de lo “local”. Y luego que haya un equilibrio en entrevistas a gente poco conocida y gente con un poco más de peso que puedan ser atractivos a gente que te pida eso. Gente que le llame más la atención una entrevista a Alberto Rodriguez, porque es Alberto Rodriguez. O a McEnroe. Entonces ahí hemos jugado un poco con ese equilibrio.

Por Ángel Bernabeu
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¿Qué novedades nos podéis contar de la segunda revista?

M: Pues tenemos bastantes más artículos que en la primera.

“Artículos” te refieres a que no son entrevistas.

M: Sí.

A: Cómo que la hemos equilibrado más. En el primer número el ochenta por ciento eran entrevistas, y ahora lo hemos equilibrado un poco más. Hay entrevistas y artículos. Es más dinámica.

M: Hemos hecho un tema de dípticos de artistas con textos propios, dándoles un poco la posibilidad de expresarse con obra gráfica y escrita. Era algo que había un poco en el primer número, con otra perspectiva, y ahora como algo más personal. Y hay entrevistas que quizás hayamos buscado más.

Estamos hablando mucho de entrevistas, pero en la web ya hay textos. Igual en el papel se notan más. Pero ya en la web hay artículos, e incluso ahora habéis empezado con las crónicas, como las del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF). Habéis pasado de un contenido quizás más atemporal a otro con cierta temporalidad… ¿Rompe eso con la dinámica de la revista?

A: A ver, la revista está viva. El proyecto está vivo y no nos queremos encorsetar. Me parece una tontería. Nos tenemos que ir adaptando a lo que va viniendo.

N: Al final muestras lo mismo, ¿no?. O sea, muestras lo que está haciendo la gente, y da igual que lo muestres en formato artículo o que lo muestres en formato entrevista. Cómo en el caso del SEFF: Es mucho mejor si se hace una crónica con alguien allí.

A: Nosotros una cosa que teníamos muy clara desde el principio, y que creo que no haremos nunca, con pequeñas excepciones como la del SEFF, es que Maasåi se convierta en una agenda cultural. Porque por la estructura que tenemos no es asumible, eso te requiere un trabajo diario.

M: Y bueno, y porque realmente es un tipo de contenido que ya está bastante bien cubierto. Nosotros lo que proponemos son contenidos más atemporales. La idea es que lo que publicamos envejezca bien. Y de hecho ahora se va a vender de nuevo la primera revista con la segunda. Y sigue siendo igual de interesante la primera. Porque al final no se habla del último libro, o el último disco, o el último trabajo que ha hecho nadie, si no de dónde viene y porqué hace las cosas.

A: Eso no quita que de manera puntual, como en el SEFF, se puedan hacer unas crónicas, o cuando colaboramos con Nocturama, que es una cosa más temporal y más parecido a una agenda. Pero bueno. Y lo que sí estamos abiertos es a colaborar con lo que sea y con quién sea, siempre que se ajuste un poco a nuestra manera de pensar y de que las cosas estén bien hechas. Estamos abiertos a cualquier tipo de sinergias.

M: De hecho la hay. En este número hay una publicación de una revista de fotografía analógica. Son pequeños contactos que tenemos con otros proyectos. Estuvimos en el Room Art Fest de Madrid…

A: Y luego también estuvimos en esta que se hizo aquí, la BlurFair (feria de arte emergente).

M: O sea, colaboraciones con esos proyectos, y de hecho surgen cosas interesantes.

Por Ángel Bernabeu
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¿Qué os ha podido aportar el proyecto de Maasåi Magazine en el plano personal?

A: A mi me ha aportado amigos, que creo que es lo principal. No sé. La satisfacción personal de que tengo muchos amigos, de que todos son gente super interesantes con la que puedo estar desde comiendo churros, viendo un concierto, en una exposición… Gente que merece mucho la pena y que hace cosas super interesantes.

Y luego profesionalmente, disfrutar del trabajo. A parte de otros trabajos que indirectamente gracias a la revista me vienen. Pero levantarme por la mañana y que no me cueste, me parece que tal como están las cosas, por más precario que sea todo, es un lujo. Y me ha aportado también mogollón de canas. Porque no todo es bonito, está claro, este proyecto también tiene mucho de miedo, mucho de frustración, incertidumbre toda la del mundo, y de pasar mal rato. Por eso el primer número se queda un poco estancado, por todo eso. Porque en definitiva no genera dinero y entonces se hace como se puede. Hay veces que subimos la exigencia mucho y no llegamos. Pero bueno, en definitiva a mi me aporta eso. Estar rodeado de gente apasionante, y que encima son mis amigos.

M: Lo mismo que dice Alfonso, pero sin tantas canas (risas). En mi caso se da que yo no tenía contacto con la comunidad Maasåi que después se ha generado. Yo prácticamente no conocía a nadie. Conocía a Alejandro de Lab a través de mi hermana que sí estaba metida en cosas de ilustración, en Garabattage… Pero no tenía contacto ninguno. Entonces iba de nuevo. Obviamente sí que he hecho amigos, no tantos como Alfonso porque no he tenido un perfil tan público ni tampoco lo he buscado. Pero desde luego ha sido conocer a un montón de gente super interesante. También en un momento que yo me planteaba irme de Sevilla porque veía que no había donde seguir creciendo. Y de repente te encuentras con que hay una Sevilla super interesante, llena de gente que hace un montón de cosas buenas, y de ahí saltas a afuera, a conocer gente en Barcelona, conocer gente en Málaga, en Valencia, en Madrid… Y no habría conseguido eso en la vida.

N: Gente. Se resume en “gente”. Da igual si es a nivel profesional o personal.

¿Y en plano profesional?

A: Indirectamente sí. Porque al final te conoce mucha más gente. En mi caso la gente pensaba que yo dirigía una revista y que me dedicaba a eso, hasta que yo empecé a explicar que no, que, aparte de eso, mi profesión era otra, y empecé a enseñar lo que yo hacía. Al final te empiezan a llegar encargos. También era una de mis ideas: En lugar de mandar currículums, inventarme un curro y a ver hasta dónde me llevaba.

M: Cuando Alfonso me plantea la historia de la revista, yo ya conocía el proyecto de Jot Down y me gustaba, y me decía: “Me gustaría colaborar con ellos en algún momento”, pero pasaba que yo no tenía fotografía de ese tipo para enseñar y que me dijesen que fuera con ellos. Y entonces es como “no trabajo para Jot Down, sino que tengo mi propia revista y voy a hacer el mismo que haría allí”. Y bueno, la semana que viene voy a hacer la primera entrevista con Jot Down. Después de varios años vuelvo a coger el camino por ahí, y es por todo el trabajo que he hecho en Maasåi.

A: Y la visibilidad de tu trabajo.

M: Sí, a ver. Laboralmente no me ha dado nada, pero me ha permitido igual participar en una exposición en La Galería Roja, una exposición en La Seta Coqueta… Se me han planteado oportunidades más artísticas que nunca había tenido porque yo no conocía a nadie y nadie me conocía a mi.

A: Parece que no, pero poco a poco hay muchos picoteos, que sin haber tenido la ilusión de la revista seguramente no hubiésemos llegado ninguno, o nos hubiese costado mucho más trabajo acceder. Entonces es una buena plataforma, tanto para nosotros como para la gente que sale como para los colaboradores también.

Por Ángel Bernabeu
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Terminados los cafés y el rulo de churros es justo el momento en que la entrevista se convierte en una charla. El grupo de agentes de Policía Local abandonó la mesa hace rato para comenzar la jornada de trabajo. El sonido de cucharillas, máquina de expreso y voces de comandas sigue inundando La Hacienda. Alfonso habla sobre lo agradecido que está a todos los colaboradores y colaboradoras que han hecho posible llegar hasta lo que Maasåi Magazine es hoy. Salimos por la puerta dispuestos a disfrutar de otro día de otoño soleado. Siempre quedarán cosas por contar en Sevilla, pero esta había que contarla.

  Fotografía por Ángel Bernabeu.