El último ladrido
Por 1 diciembre 2014
[Crónica: Inés Climent / Fotos: Beatriz Hidalgo]
Me encuentro a las puertas del renovado Palacio de Exposiciones y Congreso (Fibes). Quizás no es el mejor sitio para salir de marcha un sábado por la noche, pero en esta ocasión el evento bien merece. Quique González y José Ignacio Lapido han aparcado su furgoneta en Sevilla para ensordecer nuestros oídos a base de ladridos rockeros con su gira ¡Soltad a los perros!
Son las diez de la noche y con apenas unos minutos de retraso da comienzo el espectáculo. La banda se coloca en el escenario. Los acordes de ladridos del perro mágico llenan la sala Al-Ándalus cuando aún hay público de pie buscando sus asientos. El patio de butacas está casi lleno, a excepción de las últimas filas que permanecen desiertas. En esta ocasión no han conseguido colgar el cartel de «no hay billetes».
Lapido es el primero en dirigirse al público, agradece a todos su asistencia y confiesa sincero: «hoy es el último concierto de la gira y por eso es una noche especial para nosotros. Las cosas en la música nunca son eternas pero esperamos que pronto haya una nueva reencarnación» .
La banda que se han montado estos dos perros consolidados del rock nacional es grande y todos cantan. Al granadino le acompañan fielmente Víctor Sánchez a la guitarra y el prolífico Raúl Bernal (Jean Paul, Grupo de Expertos Sol y Nieve) a los teclados varios. Y al madrileño le secundan Pepo López (La Cabra Mecánica y Lichis, Chivo Chivato, y productor) y en la batería Edu Olmedo (Señor Mostaza). Sin olvidarnos del gran Ricky Falkner (Egon Soda, Standstill y disputado productor), que en esta ocasión hace de bajista.
El concierto continúa con los bailes y los aullidos de Quique y los solos de José Ignacio. El público, que parece bastante cómodo en sus asientos decide dejarse llevar por el ritmo de luz de ciudades en llamas, quienes ocupan las últimas filas se levantan para bailar y otros se salen directamente al pasillo para poder danzar a sus anchas. Es cierto que los conciertos en auditorios o teatros cortan un poco el tema baile, pero por otro lado ganan en acústica, en cercanía y en calidez con los músicos. Aunque en esta ocasión tengo que decir que la pieza se presentaba un tanto fría en cuanto a decorado y luces. No había ningún elemento que hiciera de la sala Al-Ándalus la guarida de estos canes. La banda se situaba ante una pared blanca adornada únicamente por un telón rojo de teatro y los juegos de luces tampoco eran nada del otro mundo, de hecho a veces te cegaba algún que otro foco.
La marcha se sucede y a los vítores de «¡qué grande eres Lapido!» o «¡qué arte!» se unen «¡qué temazo!» cuando comienza a sonar Hotel los Ángeles, hacía falta una dosis de energía para terminar de animar al público. Y tras el clímax, otra de las grandes, pero en este caso para bailar agarrados, en el backstage, las parejas de la sala se acurrucan. Quique habla de lo importante que ha sido este proyecto para él y de cuanto han disfrutado ambos músicos en esta gira que comenzó el 11 de octubre en Murcia.
El señor González en un acercamiento al público sevillano dice antes de comenzar el tema Dallas Memphis, «esta canción la debéis entender bien puesto que tenéis una avenida aquí que se llama Kansas City». Leves carcajadas y sonrisas de complicidad entre los asistentes. Cuando la banda termina de tocar cuando por fin, todos los componentes se dan la mano al pie del escenario para despedirse y realizan varias reverencias en señal de agradecimiento al público, pero… Espera, ¿ya ha terminado el concierto? ¡No puede ser! Miro el reloj y apenas ha pasado una hora. Me tranquilizo, es sólo el fin de la la primera parte.
A los pocos minutos vuelven a sus posiciones Quique y Raúl Bernal. Suena el teclado, con las primeras notas de aunque tú no lo sepas se escucha un «ohhh» generalizado en toda la sala, acaba de meterse al público en el bolsillo. Esta canción es tan emotiva que pone los vellos de punta a cualquiera. Al terminar les toma el relevo Lapido, en solitario, él también quiere lucirse versionando a uno de los grandes, ha elegido el tema en el ángulo muerto, de Miguel Ríos.
«¿Hay en la sala algún seguidor de los ceros?» pregunta José Ignacio. Son varias manos las que se levantan y desde las primeras filas se escuchan silbidos. «Pues bien, esta canción va para ustedes», sentencia el granadino. Quique se confiesa enamorado de este tema desde que lo escuchó. Se trata de nubes con forma de pistola del grupo de rock granadino 091, fundado por Lapido.
El espectáculo está llegando al ocaso y es un pena, lo estamos pasando bien. Con vidas cruzadas la banda vuelve a realizar el numerito de despedida y desaparece por el backstage, pero ¡no se pueden ir así!. El público no para de pedir otra y la banda no se hace de rogar. Deciden darle al público dos últimos bises. Dónde está el dinero es el tema que pone la guinda a esta velada. Se van, ahora sí. Los perros vuelven por el momento a sus respectivos hogares, pero deseamos que vuelvan a salir de paseo pronto.
Set list:
– Ladridos del perro mágico
– La luna debajo del brazo
– Carrusel abandonado
– Me agarraste
– Luz de ciudades en llamas
– Se equivocaban contigo
– Deslumbrado
– Antes de morir de pena
– Kid chocolate
– Hotel los Ángeles
– En el backstage
– El más allá
– Dallas Memphis
– En medio de ningún lado
– Clase media
– Algo me aleja de ti
– Cuando por fin
– Aunque tú no lo sepas
– En el ángulo muerto
– Nubes con forma de pistola
– Vidas cruzadas
– Cuando el ángel decida volver
– Dónde está el dinero