Crónica Territorios Sevilla 2014
Por 28 mayo 2014
Fotografías de Iram Martínez / El decimoséptimo Territorios Sevilla abrió sus puertas el Viernes con cierta incertidumbre: una feria demasiada cercana a la fecha, el cacareado cartel venido a menos, una final de Champions entre medio y sobre todo la situación que todos conocemos, dejaban entrever cierto recelo, al menos preocupación, por cómo iba a responder el público. Un público fiel a Territorios, que sigue siendo su activo más valorado y que supo dar en los dos días de festival ese plus necesario para por lo menos, conseguir que se siga abriendo el chiringuito el próximo año.
Viernes 23
Y la cosa arrancó bastante tranquilita, el clásico poco ambiente en las primeras actuaciones y escenarios casi desiertos (el tamaño del recinto del festival deja cierto regusto desolador en sus horas iniciales). Pero es un buen momento para encontrar cositas interesantes, artistas encubiertos en un día donde casi todo lo “conocido” empezaba a partir de las 23h.
En el Escenario Territorios Anna Calvi acaparaba a la mayoría de público con predisposición a oir música desde bien temprano, con una propuesta seria, armónica y a ratos más oscura, incluso llegando a cierto noise rock. Una actuación centrada en su guitarra, sus melodías, y su personalidad en el escenario, donde dejó ciertos detalles que invitan a no perderle la pista demasiado a esta británica que comienza a abrirse un hueco fuera de las islas. A la misma hora, José Domingo demostraba su energía y solidez en directo, con una banda que camina sola, presentando los temas de Almería, su último trabajo que suena rabioso y contundente en directo, con sus ya marcadas raíces sureñas envolviéndolo todo. (mira aquí nuestra reseña del disco)
Loquillo y sus compañeros de viaje salían sobre las once de la noche a un escenario Cruzcampo que ya sí empezaba a parecerse al de otras ediciones. El público, como casi siempre, llega con la noche, y en este primer día, muchos venían a ver al hombre de negro, al “Loco”, también a cerciorarse de su estado de forma, pero principalmente a oír lo que todos sabemos. Fue un concierto correcto, el setlist fue descendiendo en la línea temporal del grupo hasta ir llegando a los clásicos, los clásicos de los clásicos, aunque a Loquillo tampoco le hace demasiado falta agarrarse a lo antiguo, sus canciones suenan ágiles y aseadas, además, el frontman te obligaba continuamente a no quitarle la vista de encima durante todo el concierto, con lo que siempre tenías donde entretenerte. Carisma creo que lo llaman.
Sus paisanos barceloneses Love of Lesbian tomaban el relevo manteniendo una buena masa de gente, fans o incondicionales “lesbianos” que los siguen allá por donde van. Con un repertorio ya de bastante profundidad, los de Santi Balmes fueron cogiendo de aquí y de allá, mostrando menos 1999 de lo que algunos esperábamos pero aireando temas que tenían guardados desde su gran salto a las masas. Por momentos sonaron algo monótonos, pero que se supieron rehacer con su ya tradicional final festivo.
Pero había más cosas además de rock guitarrero en este “fresquito” Viernes primaveral. La Mala Rodriguez despachó glamour a sus fieles con invasión de escenario incluida, y Morodo nos dejó un concierto perfecto para relajarse de forma activa con sus humaredas de ragga y hip hop, en un escenario, el Territorios, que seguía copado por la audiencia más joven del festival, y que al día siguiente, lo harían incluso en mayor número.
Sábado 24
Mientras Cristiano y compañía se chocaban una y otra vez contra el momentáneo muro atlético, The Heredians desprendían su enérgico blues rock ante los pocos que los vimos. Roockets Roots y sobre todo Swan fueron calentando motores en una noche que podríamos calificar como la más fuerte de las dos, el cartel llamaba y el público respondió.
De momento, el recinto presentaba un aspecto bastante más animado que el del Viernes y eso era buena señal. Incluso sin acabar todavía el partido, los Lori Meyers salían a demostrarnos que en directo tienen poco que achacárseles, dieron un concierto animado y complaciente con sus bien diferenciados fans, los de sus inicios y los de sus trabajos más actuales, aunque la balanza se viene decantando cada vez más por estos últimos. Reincidentes dieron el concierto más multitudinario del apartado escenario Cadena ser, y a tener en cuenta por el público que los vio, a ellos y sobre todo a Ska-p, podría decirse que la apuesta del festival por acoger otro estilo musical más (esta vez el rock más reivindicativo) ha salido bastante bien.
Y es que el concierto de Ska-p fue el más numeroso y bailongo del Territorios 2014. Los madrileños siguen obligándote a pegarte codazos y mamporros con cualquiera que sea el que tengas cerca. Intensa y sobre todo larga actuación (quizás demasiado) de unos de los cabezas de cartel con los que pocos contaban para esta edición. A unos metros de allí, Nach seguía haciendo las delicias de los fieles del rap, público entregado y ambientazo en un escenario con una mayoría juvenil que se ha sumado de forma importante al festival en las dos o tres últimas ediciones. Bienvenidos sean.
Por su parte, en el escenario más pequeño, llegaba por fin desde Argentina Él Mató a un Policía Motorizado, banda ansiada por el sector indie indie que acudió este año al festival. No decepcionaron en absoluto y nos dieron lo mejor de su noise rock, contando incluso con la participación de Jota, que los ha acompañado en la parte sureña de su gira española.
La noche se tornaba placentera y muchos pensábamos en el concierto de Recordando a Triana como una guinda ideal para cerrar el festival de forma bonita y emotiva. Error. La banda dirigida por Miguel Rivera y sus Maga lideraron un proyecto valiente, quizás demasiado, con el fin de honrar las perlas, que no canciones, que Triana tienen en su haber. No es fácil enfocar unos temas tan arraigados en la gente, tan cercanos a la voz de Jesús de la Rosa y oírlos en las gargantas más sosas del mundillo indie. Si bien es cierto que lo instrumental no desentonó, incluso hubo momentos bastante buenos, bien arreglados, bien tocados. Pero todo se desmoronaba con lo vocal, mala elección en algunos de los intérpretes, pésima en otros casos y acertada en los menos. Una pena, yo me acordé de Zaguán, esa banda que lleva tributando brillantemente a Triana lustros y que, seguramente, de estar allí algunos de sus miembros, acabarían preguntándose tras cada canción por qué nadie los llamó.
**Nota del editor. No puedo evitar entrometerme en el gran debate del tributo a Triana que ha generado amplia polémica en las redes sociales. Primero quiero decir que ha sido una apuesta valiente con una banda que musicalmente dio todo por explotar al máximo las canciones del mítico combo sevillano y con muy buen resultado. Es cierto que varias interpretaciones fueron como poco terribles. -Jota y Chinarro- Y se tendrán que preparar más para las próximas actuaciones. Por lo menos Antonio Luque ha pedido disculpas, gesto que le honra. Y el resto de los interpretes, que sabrán quienes son, tendrán que aprenderse las letras, es lo mínimo que se les puede pedir.
Mucha gente ha puesto el grito en el cielo por el cambio de registro de las canciones de Triana y en eso no puedo estar de acuerdo. Será siempre más arriesgado hacer una versión de cualquier tema y de cualquier grupo, tratando de dejar el estilo de cada uno en ella, que tratar de interpretarlo perfectamente. -Siempre haciéndolas con cariño y respeto-. Triana es grande y nos dejó un legado muy importante, pero no volverán. Aceptémoslo. Cuando queramos escuchar las canciones de Triana tal y como Jesús, Eduardo y Tele las hicieron, tan solo tenemos que buscar sus discos, poner el plato a girar, subir el volumen y disfrutar. Los oídos del público español no están muy acostumbrados a los homenajes que, como ejemplo, en América Latina se hacen continuamente y de los que lo último que se espera es que suenen exactamente igual que las versiones originales. Se que aquí hay miedo -y con razón- por el efecto Pitingo, pero demos un voto de confianza a los artistas y dejemos que la música siga su curso.Iram Martínez. Fin de la nota.**
Los marchosos se hacen con las riendas del festival a partir de las cuatro de la mañana, a un servidor no le quedaban demasiadas fuerzas para mucho chunda chunda, pero me marché del recinto con la sensación de que Territorios 2014 salvó otra reválida, y también pensando que si se le diera un poco más de peso internacional al cartel la cosa adquiriría una pinta mayúscula, aunque no sería tan rápido ir a por cerveza a las barras.
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