Without contraries is no progression en El Butrón

Por Diego Luna

Fuentesal-y-Arenillas-Crédito-sostenido“Sin contrarios no hay progreso. Atracción y repulsión, razón y energía, amor y odio, son necesarios para la existencia humana. El matrimonio del cielo y el infierno”, William Blake.

En esta ocasión, William Blake inspira a los artistas MP & MP Rosado (San Fernando, 1971) en una propuesta expositiva, organizada por estos, que pretende reivindicar la creación en equipo como modelo de autoría en el arte. Como bien saben ellos, son muchas las ocasiones en las que la opinión del otro resulta imprescindible para poder salir adelante.

Se trata de una muestra fresca y variada en la que se han reunido cuatro colectivos compuestos íntegramente por jóvenes artistas: Alba Moreno & Eva Grau, que trabajan desde una poética áspera en torno a identidades complejas e incomprendidas, aunque paralelas; Fuentesal y Arenillas, que a partir de la descontextualización de objetos, colocan el punto de mira en los entresijos de la “burbuja inmobiliaria”; Virginia Herrera & Jorge Thuillier, los cuales representan una vertiente más onírica y desenfadada del arte surgida del diálogo entre dos formas distintas de intuir la realidad; y por último, Word Cross Collective, colectivo anónimo, cuyas obras animan a cuestionar el lugar que ocupa el individuo en la llamada “Sociedad de la Información”.

Without-contraries-is-no-progressionTodos estos planteamientos, tan diferentes entre sí, nos ayudan a entender la ósmosis creativa como una alternativa real al tradicional paradigma de creador artístico (sujeto varón, de raza blanca y de una destreza manual superior a la del resto). Un modelo que, como sabemos, ha primado “oficialmente” en la Historia del Arte desde que Vasari escribiera sus famosas “Vidas…”. Sin embargo, para desgracia de algunos románticos despistados, las “auras frías” del siglo XXI, unidas a las reivindicaciones sociales de las últimas décadas, nos ofrecen nuevas perspectivas acerca de este asunto. Si por un lado convinimos hace tiempo que toda persona tiene derecho a expresarse, no es menos cierto que esa mano capaz de esbozar en cuatro trazos un paisaje interior ya no es prioritaria: la esencia de las cosas, gracias al desarrollo científico, se puede vislumbrar y compartir de muchas maneras diferentes.

Además de esto, en el caso de los colectivos artísticos, el hecho de que el proceso creativo sea llevado a cabo por dos o más identidades en vez de una, aumenta considerablemente las posibilidades de que el espectador se sienta apelado e interesado en incluirse en ese círculo hermenéutico que supone toda experiencia estética. De este modo podemos concluir que la obra de arte, hoy más que nunca, puede llegar a constituir un perfecto espejo de nosotros mismos, esto es, un medio para el autoconocimiento y la mejora de las relaciones sociales, y no una ventana metafísica –tantas veces cerrada– reducida a los sentimientos de un sujeto especial o “rarito”, supuestamente genial respecto a los demás mortales. Como sabemos en nuestros días, la genialidad o el talento en cualquier ámbito, no solo se logra mejor en equipo, sino que desde que Howard Gardner formulara en los ochenta su teoría de las “inteligencias múltiples”, dicho talento, además de estar en el que pinta, también ha de verse en el que planta melones.

 

El Butrón (Calle Butrón, 7)

Del 7 de Febrero al 3 de Marzo  

De Lunes a Viernes de 19:00 a 21:00 horas.