Apoteosis moderna con Crystal Fighters

Por Inés Climent

Crystal Fighters Sala Custom

Qué pasa si metemos en una coctelera sintetizadores, mucha percusión, cientos de jóvenes, bueno rollo, calor, poses, lentejuelas, agitamos bien y terminamos sazonando con el mejor sabor veraniego, pues que ¡atención! Tenemos como resultado a la banda alternativa del momento: Crystal Fighters.

El grupo euskobritánico Crystal Fighters desembarcó el miércoles por la noche en la Sala Custom para cerrar su ciclo de conciertos por España y, sin duda, el show prometía. Habían colgado el cartel de sold out, sin embargo la sala no se presentaba tan abarrotada como en otras ocasiones. El público, una marea de hormonas post-adolescentes, se apelotonaba en las primeras filas, pero por el final se observaba un enorme hueco en el la gente iba a poder bailar a sus anchas.

Crystal Fighters Sala CustomImpacientes, los asistentes comenzaron a silbar y a protestar, no era para menos las estrellas indies llevaban más de 40 minutos de retraso, pero por fin salieron a escena. Apareció el guitarrista Graham  Dickson portando la guitarra, descamisado, y tras él el hombre de la electrónica y la txalaparta, Gilbert Vierich, el batería Andrea Marongui, Eleanor Fletcher, la dulce voz del conjunto y por último, con una pose muy estudiada y un modelito la mar de extravagante (chaqueta de flores con purpurina, gafas de pasta oscuras y el pelo recogido en un moño) apareció Sebastián Pringle. Sin mediar palabra los ritmos frenéticos de Solar System rompieron el silencio y la masa desbocada agitaba sus cuerpos enérgicamente. La adrenalina fluía por toda la sala.

Crystal Fighters construyó un set de canciones aprovechando los temas más sonados de su álbum debut Start of Love (2010). Así el subidón continuó con Follow y L.A. Calling. Cuando parecía que la cosa aflojaba de nuevo sonaba un hit, apenas había tiempo para un respiro, la sala se había convertido en una sauna, pero los espectadores en el éxtasis del baile apenas parecían darse cuenta.

Crystal Fighters Sala Custom

Es difícil definir el estilo de la banda. El sonido tribal- folk,  ligado con acordes de ukelele, percusión y mucha, mucha electrónica, pero una cosa está clara sí que está clara: enganchan, dan buen rollo y saben a verano, y en estos momentos que la época estival toca su fin y tenemos el agridulce sabor en el cuerpo de que todo eso ya ha pasado es un gustazo que los Crystal Fighters sepan ponerle la banda sonora a esos momentos del estío.

La verdad que la interacción con el público fue poca, apenas dijeron unas palabras en español, únicamente para anunciar su tema «Vamos a la playa», que gritó Sebastián. Un tema muy animado que puso a todo el público en ebullición. Tras el amago de huída la banda regresó a escena con una camiseta serigrafiada con el título de uno de sus temas I love London, el hit que los situó en la cresta de la ola. El broche final al concierto lo puso el tema Xtatic Truth.

Apenas 75 minutos de concierto, muy intensos, sí, pero que supieron a poco teniendo en cuenta el alto precio de la entrada (20€). Sin embargo los asistentes no parecían demasiados preocupados por eso, habían disfrutado de su banda, sudado la camiseta bailando y volvían a casa felices por el buen rato pasado y, a fin de cuenta, eso es lo importante. 

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