El cine como arma de guerra

Por J.M. Campos

De la misma manera que ciertos cómicos se ganan su reputación cuando saltan al drama (Tom Hanks, Jim Carrey o, por poner un par de ejemplos patrios, Alfredo Landa y Pepe Sacristán), Ben Affleck está labrándose un caché poderoso como director tras sembrar muchas dudas como intérprete. Con Argo, recrea el rescate imposible de unos diplomáticos estadounidenses atrapados en el convulso Irán de finales de los 70. Pero, ¿por qué imposible?

Se trata de un expediente real que no fue desclasificado hasta la época del presidente Clinton. Seis supervivientes de un ataque a la embajada de EEUU en Teherán encuentran refugio en la casa del embajador canadiense. Más tarde o temprano serán descubiertos y, probablemente, asesinados. De modo que la CIA encarga a un experto en rescates (al que da vida un contenido Affleck) que los saque de allí. Su idea, inverosímil: producir una película falsa que se rodará en Irán y hacer pasar a los diplomáticos por miembros del equipo de rodaje. Por una vez, el Gobierno de Estados Unidos cambia los tanques por el cine, aunque sea de mentira.

Después de alternar en su carrera papeles en películas de acción o ciencia ficción (Armaggedon, Paycheck, Daredevil), comedias románticas (Una noche perfecta, Qué les pasa a los hombres, Algo que contar) y algunas cintas indie vía Kevin Smith (Mallrats, Dogma, Una chica de Jersey) el ganador de un Oscar al Mejor guión original junto a Matt Damon por El indomable Will Hunting parece encontrarse a gusto detrás de la cámara. Y no se le da nada mal.

Argo es su tercer film como director (tras Adiós, pequeña, adiós y The town) y viene avalado por la producción de George Clooney, un tipo comprometido y que no pone su nombre a productos por debajo del notable. En éste, si hay algo que destaca especialmente es su ritmo: a pesar de pertenecer a un género por costumbre pantanoso como el thriller político, le basta la fuerza de las primeras escenas para introducirte de lleno en la historia. A partir de ahí, el realizador imprime las suficientes inyecciones de intensidad para que la cosa no decaiga ni tampoco agobie.

Otro punto a su favor es su americanismo críticoArgo apenas muestra la óptica del bando iraní; más bien lo presenta como un pueblo absorbido por el rencor y el integrismo religioso. Sin embargo, carga contra el Gobierno de Jimmy Carter por su responsabilidad (o más bien, irresponsabilidad) en el golpe de estado que puso en el poder a un dictador –el Sha Mohammad Reza– al que después apoyó y hasta concedió asilo. Igualmente, se deja ver la superficialidad de Hollywood y también las grietas en el servicio secreto norteamericano.

Entonces, ¿qué es lo que separa a esta película de los grandes referentes en el género? Pues, que en mi opinión, estamos ante un plato de buen gusto, con los ingredientes precisos y cocinado en el tiempo preciso, pero no deja un recuerdo imborrable en tu paladar. En otras palabras: a mí no me tocó la fibra.

No obstante, Argo presenta la suficiente honestidad y contundencia como para que merezca la pena tu interés y tu tiempo.

[¿Estás de acuerdo con esta crítica? En ¡WEGO! no queremos decirte qué es lo que está bien y qué es lo que no, tan sólo damos nuestra opinión. No dudes en dar la tuya a través de los comentarios]

FICHA

TÍTULO ORIGINAL Argo
AÑO 2012
DURACIÓN 120 min.
PAÍS Sección visual
DIRECTOR Ben Affleck
GUIÓN Chris Terrio
MÚSICA Alexandre Desplat
FOTOGRAFÍA Rodrigo Prieto
REPARTO Ben Affleck, John Goodman, Alan Arkin, Bryan Cranston, Taylor Schilling, Kyle Chandler, Victor Garber, Michael Cassidy, Clea DuVall, Rory Cochrane, Tate Donovan, Chris Messina, Adrienne Barbeau, Tom Lenk, Titus Welliver
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures / GK Films / Smoke House Pictures
PREMIOS 2012: Festival de San Sebastián: Sección oficial (fuera de concurso)
2012: Festival de Toronto: Nominada al Premio del Público (Mejor película)
GÉNERO Thriller.

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