De tapas, tweets y música 2.0
Por 21 septiembre 2012
Fotos: Beatriz Hidalgo / Crónica: J.M. Campos
El nuevo encuentro de Tapas & Tweets, una particular forma de aunar web 2.0 con gastronomía, se sumergió en esa gigantesca interrogación que es el marketing musical gracias al ciclo Entretejas. Con la participación de Óscar Martín (fundador de Taléntalo), Jaime Roldán (director de Canciones en busca de artistas), Miguel Ángel Márquez (la mitad del grupo Antílopez), e Iram Martínez (codirector de esta nuestra casa, ¡WEGO!), la periodista Sara de la Peña como moderadora y el hashtag #TandT como clave , ponentes y público debatieron sobre el presente y el futuro de la música con la Casa de la Provincia como emplazamiento físico y Twitter como escenario paralelo. ¿Se puede vivir de la música?
De lo gratis a lo premium
La noche comenzó con Spotify como primer elemento de discordia. Según Óscar Martín, es una empresa con pérdidas debido a la presión exponencial a la que le someten las casas discográficas. ¿Y qué pasa con Megaupload? Los enlaces simplemente han cambiado de sitio; la Ley Sinde (y Wert), «un engañabobos». El experto en Social Media señaló que «hay dinero para repartir, pero tenemos que llegar a un acuerdo para que todos se lleven su trozo de gloria».
Desde el público llegó otra de las claves: la autopromoción (y su amigo el crowdfunding). «¿Que las discográficas no pueden vivir de la música? Pues que le den mucho por culo», opinó un asistente, agregando que «los músicos buenos pueden seguir viviendo de esto por sí solos».
Pablo Alborán y el éxito de Youtube
La patata caliente llegó a Jaime Roldán. El productor y compositor incidió en la desinformación que existe sobre los porcentajes de ganancias para los artistas. El problema de fondo, puntualizó, es la especulación que -al igual que en otros sectores como la construcción- llevó a rebosar las arcas de las multinacionales con productos ya fabricados en el pasado, simplemente pasándolos del vinilo al cd. «Un disco no vale 20 euros, porque a la compañía le sale por seis». Pablo Alborán, puesto de ejemplo, recibió elogios (más allá de gustos musicales) por su trabajo y su manera de aprovechar la coyuntura.
Para Roldán, urge cambiar el modelo. «Es fácil hablar de los Rolling. ¿Pero qué pasa con los artistas pequeños?».
Iram apostó por otro punto de vista: los directos. Para nuestro compañero, en los conciertos se encuentra la mejor arma de los artistas para defenderse de los abusos de las discográficas, cada vez más arrinconadas ante la dificultad de generar beneficios con el lanzamiento de los álbumes.
Entonces… ¿cuál es el camino?
El público lanzó dos cuestiones a los participantes: la primera, la ya mencionada «¿Se puede vivir de la música?». Iram destacó que la gran mayoría de los músicos que conoce tienen otro trabajo con el que se ganan la vida. Miguel Ángel Márquez, por su parte, recalcó la suerte de haber abandonado ese camino para dedicarse por entero a interpretar sus canciones. La fórmula, la autoedición. «A las discográficas no les importas», subrayó el Antílopez.
La segunda pregunta, la importancia de las redes sociales para los grupos. «Es el artista quien debe acercarse al fan», matizó Iram. Márquez reconoció que él y su compañero José Félix López se dejan aconsejar en la materia, pero sin una estrategia previa.
Otro asunto capital: Creative Commons y Copyleft. En opinión de Roldán, en España falta una verdadera protección en materia de derechos de autor, contrastada la línea decadente de la SGAE. «Sólo podemos avanzar si cooperamos. Intentar convivir».
Después de comparar la ingente cantidad de personas que requiere un hit de Beyoncé a diferencia de uno de Queen, el cofundador de ¡WEGO! lanzó una predicción positiva recordando a su nada querida Alaska: ¿primero la música o la industria? Ésta última sólo acaba de llegar y la música «lleva conviviendo con la humanidad desde siempre».
¡Por Dios, una luz al final del túnel!
Sara de la Peña rogó a los ponentes un brochazo optimista entre tanta negrura. Óscar Martín explicó que se pueden hacer «muchas cosas» en la Era de la Comunicación; Jaime Roldán abogó por el talento como apuesta principal en contra del enchufismo y el amiguismo, Márquez evidenció la necesidad de una renovación por parte de los artistas aprendiendo todo lo que rodea al negocio. Finalmente, Iram despidió la charla con una frase de buen regusto: «Disfrutad de la música y sobretodo de la gente que ama lo que hace».
Y al final, lo que de verdad importa
El debate dejaría el testigo en manos de dos artistas que se abren camino en este nuevo entorno, Ulises Fernández (Ulises y los libros) y el propio Miguel Ángel Márquez (Antílopez). El primero se estrenó, gafas de sol y cerveza mediante, con el infalible Space Oddity de David Bowie, para después interpretar cuatro temas en acústico de su disco El último telémaco.
Por su parte, a Márquez, después de romper una lanza en favor de Leticia Savater y su ¿hit? Mr Policeman («Es valiente la hija de puta…»), le bastaron tres canciones para encandilar al público desde sus asientos. Desparpajo, ironía, humor y mezcla de géneros (“Chiripop Absurdo Depresivo con Catarsis Tragicómica”, como ellos mismos lo definen) son sus señas de identidad. Su estilo crítico, casi circense, se degusta tan bien como una tapa cocinada a fuego lento y con cariño.
Después de escuchar a ambos, uno lo tiene claro como el agua: la música, a pesar de todos los obstáculos, seguirá existiendo mientras existan personas con talento y ganas de mostrarlo.
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