The Milkyway Express en la Imperdible
Por 18 febrero 2012
Suave y con la luz apagada
Fotos: Thomas Esposito y Alex Esteva
Se abre el telón y se ve a cinco sevillanos, el más cercano se hace llamar Tony Picante, tiene un un sitar y está sentado en el suelo sobre una alfombra de pelos. Alrededor de su aura se encontraba el armónica, al que conocen como Hoochie, está vez si era Fernan Johnson y se encargaba de la mandolina, Sleepy James a la guitarra baja y Charly Riverboy, bueno, Charly con su botellita de agua… Tan sencillos como siempre. ¿No?
‘Dark was the night’. Oscura era la noche y oscuro fue el comienzo. Despacito, suave y con la luz apagada. Como un susurro sureño que avanza entre la sombra hasta convertirse en un quejío despampanante. El público de la sala estaba atóntito. Y ellos se encontraban a gusto…
Pronto empezaron a cambiar los instrumentos, Hoochie lo tocaba todo, banjo, harpa de boca, las maracas para arriba y para abajo y además acompañado del suave twist de sus caderas, el cantante se puso a la batería, que la aporreaba con las maracas también, el guitarra Fernan se atrevía con la guitarra y la magia flotaba en el escenario.
Entre requiebros a lo Canned Heat, aventuras de camioneros y demonios, flores y muchas flores por fin llegamos a la primavera. Esa ‘Spring morning’, ese feelin’ americano que tan bien saben hacer, era precioso, parecían los Creedence de Dos hermanas, los Lynyrd Skynyrd de Heliópolis, la locomotora que atraviesa un túnel para llegar a una nueva estación, el verano. Y es que ‘One day in summer’ es mucho más que un día en verano, es el título del nuevo disco de la Milky y que pronto verá la luz.
La segunda parte del concierto so volvió eléctrica y cañera. Potencia por los ocho costados. La Milky de siempre o la Milky de antes, como guste más. El tiempo se fue esfumando a ritmo suave de locomotora y cuando quisimos darnos cuenta, las vías estaban chirriando, el tren se desbocaba, estaba fuera de control, quién sabe si quizás algunos niños pusieron piedras en la vía o que fue lo que pasó, el caso es que el ‘Freight train’ descarriló y rodó y rodó y rodó, hasta que levemente se quedó en pie en mitad de un desierto de aplausos. Fue entonces cuando se cerró el telón.
Una maravilla de espectáculo, un concierto en un teatro, un respetable muy respetuoso y ¡qué diablos! Un show maravilloso.
¿Te has quedado con las ganas de escucharlos? Mira el vídeo de ¡WEGO! Tv que grabamos con ellos.