‘Al Fresco’ en la Pista Digital: Los Coronas

Por Thomas Esposito

La Cartuja celebraba anoche el bautizo de un nuevo ciclo de conciertos, otra pildora más en la receta médica contra los excesos del clima sevillano. El de ‘Al Fresco’, ciclo de conciertos organizados por la Pista Digital y GNP, fue un bautizo de fuego oficiado por dignos representantes de las altas temperaturas, la banda madrileña – con ciudadanía honorífica angelina – los Coronas. Su llegada a Sevilla movilizó la comunidad surf hispalense y llamó a las armas a los muchos melómanos que no querían resignarse aún al obligado cumplimiento de la húmeda batalla contra las sábanas y los mosquitos. Visita nuestra galería de fotos del concierto en Flickr

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Una elección acertada

La Pista Digital empezaba ayer su firme lucha contra la ola de calor y los Coronas le echaron un  cable a su manera: se enfrentaron a ella y la cabalgaron. Eso sí, de tablas nada, entre ellos y las olas sólo había dos guitarras, un bajo, una batería y una trompeta de procedencia ucraniana. Su surf  era la mejor opción para abrir este ciclo de conciertos que el próximo 15 de julio acogerá a las bandas locales The Vagos y The Relators.

Los cinco de Madrid llegaron a la Pista con su estilo inconfundible, compuesto por vaqueros, gorro tejano y camisas de bolera personalizadas: Fernando Pardo, David Krahe, Roberto «Loza» Lozano, Javier Vacas y Yevhen Riechkalov. Sus cacharros, rigurosamente Fender. La Pista los esperaba con una muy buena afluencia de público lleno de expectación y los Coronas, poco a poco, agradecieron la confianza.

Cabalgando entre los grandes

Su actuación fue un tributo a un universo de sonidos procedentes de galaxias distintas, pero unidos por el espíritu perdido del surf más adrenalínico. En sus canciones homenajes directos a Elvis, Chuck Berry, los Creedence, al jazz, a la música de Morricone y de los Spaghetti Western, más la declaración de amor a Saint Quentin, patrón del pulp y devoto al surf. A Tarantino los Coronas dedicaban dos temas, presentando directamente su candidatura como futura banda sonora de la próxima película del maestro de Tennessee.

La actuación fue una larga cabalgada instrumental sobre tablas eléctricas enfurecidas. La ironía de Fernando Pardo interrumpía de vez en cuando el viaje, dando modo de descansar las caderas y reir de las anécdotas inventadas (o eso creemos) por la banda.

El final fue un cuádruple bis en el que se lucieron los virtuosismos; Loza con su batería, Yevhen y su trompeta y el bajo de Javier Vacas fueron los que más aplausos se llevaron del público, que exhausto y agradecido a la vez seguía pidiendo guerra. Pero ya no hacía tanta calor, los Coronas habían cumplido su misión.

Sin embargo las luces de la Pista no se apagaron y los que pudieron se quedaron un rato más para refrescar la garganta, que los oídos ya habían tenido bastante miel.