Quique González presenta ‘Daiquiri Blues’ en Sevilla

Por J.M. Campos

El escritor de canciones. El ídolo tímido

Crónica J.M. Campos / Fotos Iram Martínez

Un cartel luminoso, propio de un bar en las afueras que no cierra hasta que sale el sol, invitaba al público con un guiño a tomar una ronda de un cóctel aún inédito. ‘Daiquiri Blues’, el nuevo álbum de Quique González moldeado en Nashville, se presentaba por vez primera en sociedad, con sus incondicionales mirando el reloj y temblando de frío y emoción. Un nuevo sabor, un nuevo sonido, pero encima de las tablas el mismo Quique, el ídolo tímido, dispuesto a agitar con todo su genio la expectación generalizada.

El cantautor de Madrid abrió el telón de la Sala Q debajo de su elegante aspecto desaliñado, coronado con un bigote y una perilla propios de Frank Zappa. Hay quienes dicen que el sonido de la Q deja mucho que desear (las últimas críticas, tras el concierto de Love of lesbian hace un par de semanas). Una chica me dijo al respecto que «quien tenía que sonar era el grupo». Y joder, cómo sóno la nueva banda de Quique González, aparcada por el momento su relación con la formidable Aristocracia del barrio.

Después de ciertas correciones de sonido en las primeras canciones, éste se hizo claro como el agua, permitiéndonos disfrutar en toda su extensión de cada uno de los instrumentos del escenario. En especial, del órgano (con ese toque soul) y el pedal steel que tanto fascina al señor González.

‘Su día libre’, ‘Cuando estés en vena’ y el single ‘La luna debajo del brazo’ (o cómo repasar en imágenes el recuerdo de alguien que se fue) son una buena muestra del nivel del álbum. Letras muy cuidadas, música redonda y sin cambios bruscos para un acabado sobresaliente. Quizá se echa en falta su lado más salvaje, más rockero, al estilo de su disco debut ‘Personal’ o ‘La noche americana’. A pesar de las peticiones de sus grandes clásicos, el artista se centró en desgranar las pistas de ‘Daiquiri Blues’ como quien desnuda con dulzura a una mujer.

El octavo disco en la carrera de Quique es para saborerarlo despacio, sin prisas. Agridulce en las primeras escuchas y agradable en las siguientes. Y cuando te vienes a dar cuenta, te acompaña tarde sí y tarde también en el sofá de tu casa.

Por fortuna, Quique supo rescatar del desván de su repertorio temas rotundos donde no faltan incisivos guitarrazos (como ‘Hay partida’ -¿por qué se complicó tanto la vida el guitarrista con lo soberbio que es el punteo original?-, ‘El campeón’ o el final de ‘Bajo la lluvia’).

Pero no nos engañemos: donde casi siempre roza el cielo es a fuego lento, en las distancias cortas y los primeros planos. Como es el caso de ‘Kamikazes enamorados’, y la nunca envejecida ‘Y los conserjes de noche’. «La suerte es una ramera de primera calidad…«

Quique González es, por encima de todo, un escritor de canciones fabuloso, un poeta de la música, un dibujante de historias mínimas. Pródigo en recursos estilísticos (aliteraciones, metáforas, metonimias), su discografía está impregnada de un innegable carácter poético. Un ejemplo, el estribillo de ‘Salitre’, sin duda de las más coreadas. Tan sencillo como inolvidable:

Bañada en salitre
Flota en la memoria de los días grises
Fumo en la ventana
Veo tu silueta sobre el arrecife

Y cómo no, su lenguaje, tan fílmico, tan de novela policíaca. Con esa atracción por los tipos duros y solitarios, por las camareras, los aeropuertos, los casinos, los moteles de carretera. Cuesta poco imaginarse en muchas de sus composiciones a un Al Pacino seguido por la pasma, despidiéndose de su amor furtivo desde un Dodge Coronet de 1970 mientras acaba un cigarrillo.

No es fácil meterse en el bolsillo al respetable sin fórmulas fáciles, sin atajos, apostando únicamente por la música. Pero este sábado en Sevilla Quique volvió a completar una jugada maestra, agarrándonos el alma desde la primera hasta la última. Tanto con la armónica y la guitarra acústica como con la eléctrica de ‘Hotel Los Ángeles’, que cerró el setlist en la Sala Q.

Quique González, maestro de la sensibilidad musical, ídolo tímido, lanzó al vuelo su nueva creación manteniéndose fiel a su estilo: perfeccionista, íntimo y seductor.

Como Al Pacino, él nunca falla.

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Setlist. Quique González, Sevilla Sala Q (5/12/2009)

1. Daiquiri Blues
2. Cuando estés en vena
3. Avería y redención
4. Me agarraste
5. Hasta que todo encaje
6. Pájaros mojados
7. Kamikazes enamorados
8. Un arma precisa
9. Pequeño Rock and Roll
10. Deslumbrado
11. Hay partida
12. Lo voy a derribar
13. De haberlo sabido
14. Riesgo y altura
15. Nadie podrá con nosotros
16. Bajo la lluvia
17. El campeón
18. Salitre
19. Restos de stock
20. Suave es la noche
21. Y los conserjes de noche
22. Anoche estuvo aquí
23. Vidas cruzadas
24. Miss camiseta mojada
25. Día libre
26. La luna debajo del brazo
27. Hotel Los Ángeles