Crónica: Concierto de Lamatumbá en Malandar
Por 16 febrero 2009
Julia Córdoba/revistawego@gmail.com
Lamatumbá hicieron todo lo posible la noche del sábado, por montar una fiesta de ritmos juguetones y con sabor a percebe. Estos nueve gallegos salieron airados después de hora y media de concierto en el que el público brillaba, más que nada por su ausencia, aunque el que había se iba animando a lo largo del repertorio.
Presentaban su último disco, Paraguas Universal, aunque no faltaron temas del primero y del segundo. De hecho salieron a escena con su ya prácticamente himno, Lume, perteneciente al segundo álbum, Lume para que saiga o sol, que define a la perfección la filosofía musical de Lamatumbá: El ritmo céltico y arpegiado de Galicia con su lengua autonómica, el cachondeo del ska y la caña del rock envueltos en el mismo papelón.
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Las canciones de Paraugas Universal se distinguen bastante bien del resto, ya que en él se ha optado más por el guitarreo, que por el sube y baja jamaicano. La trompeta y los dos saxos, de los que uno se mutaba en un clarinete marcaban también a veces melodías jazzeras.
Incluso se pudo escuchar una cumbia de letra divertida como es Watercumbia, que apuesta en su letra por el uso del chubasquero dejando a un lado al paraguas. La gente ya empezaba a desmadrarse.
En el sexto tema, Farto, Pedro el percusionista abandonó temporalmente sus bongos, timbales y cencerros para hacer la contraparte rapera del vocalista, Sergio, quien además de ponerse de acuerdo con el bajo, en la elección unos pantalones rojos de cuadros escoceses, intervenía con el público, que puso todo el empeño por hacer sonar los coros que le pedía.
Un reggae, el de los mariñeiros estuvo dedicado «a todos los marineros del mundo y a Marinaleda« que el grupo declaraba haber visitado el día anterior.
Además de sus canciones, Lamatumbá también interpretaron unas versiones con mucho gusto. Comenzaron con Bala Perdida de Mano Negra, a la que metieron bastante caña, seguida de la más conocida canción de la banda sonora de El Padrino. Los AC/DC también tuvieron su lugar en una versión galega de su Highway to Hell.
En Dolores, a quien Lamatumbá pregunta «con qué te lavas la cara, que te cheira (huele) sempre a flores», hubo un intento del público de chapurrear la letra en la lengua original.
Y cuando hacía tiempo que se perdió la vergüenza para saltar en la pista de baile, los nueve músicos se marcaron otra sesión intensiva de versiones variopintas. Entre ellas destacaron La semana de Amparanoia, La Trampa de Mano Negra, Mucha Policía, Poca Diversión de Eskorbuto y una casi irreconocible pero muy bien transportada, Dolores se llamaba Lola, de Los Suaves.
Con Lola se despidieron y dejaron la respiración agitada y una sonrisa entre los asistentes. Lamatumbá demostraron de nuevo saber combinar con muchísimo acierto sus raíces con lo que se propongan.