Little: «Estoy preparado para que el Amor sea sencillo»
Por 15 noviembre 2016
«Dibujante: persona que se dedica al dibujo, como profesional o como aficionado» es la definición que descarto camino de entrevistar a Little, mi amigo Pablo. Lo hago porque él es mucho más que una frase entrecomillada. Si lees esta conversación, seguro que ya le conoces de algo. Como me pasó a mí cuando le pedí charlar un rato para la revista. <<Me encantaría, Nuria>>. Esa mañana no tardo en salir de casa, llevamos tiempo sin vernos y ser impuntual no anda dentro de mis planes. Hace un día soleado en Sevilla y el viaje no es pesado. Nos citamos a las once, pero llego con tiempo de un café a solas y de repasar la charla que mantendremos más tarde. La entrevista la cerramos hace semanas y estoy preparada, pero aún rondan algunas preguntas sueltas, semi-atadas, de una dudosa existencia; cosas que aún no quiero resolver. Cosas que -quizás- me cuente y no saque.
El paseo hasta Tata Pila me hace pensar en él, en ese chico que, de repente hoy, responderá a mis preguntas. Pablo o Little -qué más da- son los mismos. Mentiría si os dijese que no le conozco demasiado. El recuerdo me transporta dos años atrás, al pleno verano, a una Sevilla llena de cambios. Por hache o por be, Pablo y yo coincidimos entre bailes, birras, cenas y gente. La vida cultural de la ciudad es rica en sabores y nosotros, en su día, disfrutamos mucho de ellos, hasta la saciedad. Aún recuerdo alegría en cada palabra y bella creatividad en su mirada. Sabía yo que este niño tenía -ya por entonces- historias que contar. Historias en potencia de alzar el vuelo. La Bicicletería nos reúne más veces de las previstas y muchas menos de las deseadas. Por suerte, no se necesitan dos años para conocerle. Pablo es Little porque Little es Pablo. Pero vayamos por partes. Hoy se abre al público a través de sus dibujos, muestras sinceras y llenas de emoción dan nombre al momento que vive. Piezas que bien podrían ser anónimas, con contenidos fáciles de encajar en la vida de cualquiera. Little aparece y yo estoy dispuesta a conocerle un poco más. Después de un abrazo y muchas sonrisas, nos sirven café y todo comienza con calma.
Nuestro protagonista es amante de la cumbia, de reír y de escuchar. Pero, inevitablemente, cada vez que me adentro en sus dibujos, viajo hasta mi infancia y soy yo la que se convierte en amante de sus trazos. <<Me alegro. Esto que me dices me lo ha dicho mucha gente. Little, en parte, es por eso, porque siempre tengo un niño suelto que adorna todo lo que hago. No me importa equivocarme, no parecer lo suficiente inteligente o intelectual, no me interesa nada mantener el tipo. No sé si me entiendes. Es algo que he aprendido en la vida. Tenemos la idea preconcebida de que, para conseguir algún trabajo o alcanzar una meta, tenemos que estar ahí, tenemos que ir allí, mantener el tipo, ser protocolarios, correctos, mayores…
He descubierto que no, que es mucho mejor ir a tu bola (básicamente) y dejarte llevar por las cosas que te mueven. Mi mejor dibujo lo hago en un post-it cuando estoy hablando con mi padre por teléfono o cuando le quiero decir a mi chico que me despierte por la mañana. Ese punto innato es el que yo trabajo. No trabajo para mejorarlo, o para que esté más presentable, sino que intento que no se me olvide nunca. Mantenerlo vivo. Aunque he de decir que, a veces, intento que me salgan las líneas más rectas (risas), porque siempre existe cierto miedo a la crítica, ¿no? Pero, luego, hago dibujos (como uno que ves por aquí expuesto: mi padre y yo) con personas que no tienen marcadas las articulaciones. Si lo piensas, anatómicamente en este dibujo, nada está bien puesto, pero me dejo llevar. Siempre me dejo llevar. Es como que del recuerdo, de ese flash, sale el dibujo. De hecho, tardé cinco minutos en hacerlo. Tenía que ser así: sencillo y mío, muy personal>>.

No es complicado presenciar arte naíf en sus obras, pinceladas de esa corriente donde la ingenuidad y la espontaneidad son las reinas de la fiesta. Cualidades que mantenemos vivas y resplandecientes cuando la edad todavía no nos pasa factura. Esa capacidad que guardan algunos artistas de ser autodidactas, de aprender del mundo sin esfuerzo, disfrutando, por mera intuición. En el caso de Little -todavía- sin colores brillantes, porque el Blanco y Negro le permite crear de forma sencilla, exento de complejidad y lleno de satisfacción. <<Sabía que esta iba a ser una pregunta (bonita sonrisa). Soy muy naíf, me considero una persona súper color, súper alegre, súper experimental… Pero, como casi todos los dibujos nacieron libres de planificación, casi todo el contenido que tenía era en tinta negra (boli). Y como no tenía pretensiones de ser un artista, sino solamente dedicarme a dibujar, pues comencé a trabajar con el negro. También, el miedo a no tener una formación técnica hizo que no quisiera meterme en algo que no supiera manejar. El B/N, al final, prevalece por encima del Color porque quiero hacer obras sencillas, que me hagan sentir satisfecho con el resultado. De hecho, cuando voy a por materiales, compro algunos de color, por si acaso los uso, pero todavía no ha llegado ese momento. La chica que trabaja en la factoría me dice: «ya es hora de que los pruebes, eh…». No sé, tengo lo práctico del B/N y lo diógeno del Color, es una cosa un poco extraña, sí. Conociéndome, sé que algún día, empezaré a jugar con los colores pero, por ahora, me siento muy cómodo y seguro con el blanco y negro.
Respecto a la tinta, hay un prejuicio que apoya el hecho de que, por ser ilustrador de B/N, ya eres más oscuro, haces dibujos más duros. Sin embargo, mis dibujos pueden sacarte una gran sonrisa, aunque sean en blanco y negro. Por eso esperan que use color. Como, habitualmente, están acostumbrados a ver cosas más oscuras ilustradas en B/N, les sorprende que mis dibujos sean igual de naíf que el naíf del color. Al final, lo que hago es lícito, los dibujos hablan solos. De hecho, mi habitación de trabajo, se trata de un espacio que está lleno de color (risas), pero en lo que concentro mi atención es en un papel en blanco, que termino coloreando de negro. Pero, repito, tengo todos los colores comprados por si -tal vez- un día me apetece>>.

No sólo el Blanco y Negro le caracteriza, su mensaje goza de una naturalidad sensible y emotiva; de un saber porque se ha vivido con pasión y sin amarres. Una bonita definición de libertad la que propone, pienso mientras recorro una pared llena de dibujos; dibujos que hablan de la amistad, del miedo o de la locura,de todo lo normal y de lo más imaginario, un escenario perfecto para esta entrevista. Magia / Amor / Infinito, el triángulo que recogen sus obras queda expuesto en la mirada de todos los que saben de qué habla Little cuando dibuja. Pero quiero ahondar más en sus manos y me pregunto por qué el amor ahora y no antes y, sobretodo, por la relación entre los tres conceptos que aplica en su Arte. <<En el último año, todo circula a través del amor. En realidad, tiene una explicación muy sencilla: me he enamorado. Y, claro, cuando uno está enamorado, todo fluye de otra manera. Además, he comenzado a descubrir un amor bonito, lo que ayuda mucho a mis dibujos porque, al final, yo dibujo cosas sencillas, cosas que me pasan. Al encontrarme bajo este estado vital, no hago más que dejarme llevar; no he buscado un tema, mis dibujos cuentan lo que vivo. El día que me desenamore(que espero que no), igual toca el desamor. Pero como ahora el amor es algo importante en mi vida, y que cada vez aprecio más eso de querer a alguien (a todos los que tengo a mi alrededor, no solamente a tu pareja) pues el amor como tema me hace sentir muy bien. Incluso mezclar el Amor con la Magia y con lo Infinito… De hecho, eso es lo que estoy preparando: Magia – Amor – Infinito, los tres temas que creo fundamentales en la vida de una persona como yo, que me defino creativo, una persona a la que le gusta enfrentarse a un papel en blanco y dejarse llevar>>.
Su trayectoria deja claro qué punto de vista nos regala. Little piensa que el Amor es sencillo, como sus dibujos, como su forma de mirar hacia delante. Romper con el ideal de que el amor duele se convierte en su tarea predilecta en un momento vital muy propenso, dando un giro de tres sesenta a lo que estamos acostumbrados: ese «amar duele» con el que -muchos- nacemos se transforma en su contrario y llena de esperanza la existencia. Pero me pregunto si siempre fue así y, también, cómo la gente está recibiendo su propuesta. <<Mi madre me dijo el otro día: «yo no estoy de acuerdo con que el amor es sencillo». Yo creo que el amor sí es sencillo, pero que las personas no son sencillas. Creo que el amor es sencillo en sí>>.
Conforme he ido creciendo y lo he ido entendiendo, cada vez más. Yo, como todos, he vivido etapas en las que no he creído en el amor, en las que me he sentido un poco escéptico ante el concepto, tal y como lo defiendo hoy. Yo vivía en un pueblo pequeño, inmerso en un momento en el que comenzaba a descubrir mis tendencias sexuales, mis gustos, ya no solamente en cuestiones amorosas, sino también en lo referente a todo lo que engloba lo vital. Allí me sentía muy desubicado. Poco a poco, comencé a conocer gente con la que me sentía más identificado (como – imagino – nos pasa a todos). Ya sabemos que existen amigos que eliges y, luego, está ese entorno que te viene asignado y que se identifica con el sitio en el que naces y creces. Entonces, cuando comencé a estar en paz con el mundo, comencé también a creer en las personas y en las cosas de otra manera. Empecé a hacer las cosas sencillas, me di cuenta de que cuando las cosas son complejas, es porque no funcionan. Yo he tenido relaciones de amor caóticas, tormentosas, porque no fueron como tuvieron que ser. Las relaciones funcionan cuando, al irte a dormir, te sientes bien, en paz. Es cuando piensas y dices: «estoy preparado para que el amor sea sencillo, para que la vida tenga magia y para que las cosas puedan ser infinitas».
La acogida por parte de la gente y de la prensa me está sorprendiendo porque nunca me había planteado tener un discurso. Siempre me ha gustado hacer listas. De pequeño tenía mi lista de amigos, mi lista de cosas por hacer, lista de las cosas que me gustan… Cuando comencé a dibujar no tenía una idea clara, sólo me dejaba llevar por lo espontáneo>>.
«No necesito formación para hablar de emociones» – dicho por Little en más de una ocasión -, es una frase tan acertada -para muchos- como arriesgada -para otros-, y la mención a esta forma de definir su situación merece buena atención por mi parte. No podría estar más de acuerdo con esta máquina de crear emociones que es el ser humano. Los ojos de Little ante la vida aportan ingredientes que le describen. <<Exactamente. Eso es fundamental para mí. Somos una generación muy formada. Me he formado en muchas otras parcelas. Mi otro trabajo ha sido y es trabajar con artistas, ver dossieres, ir a estudios… Tengo una cultura visual amplia, mi curiosidad ha hecho que me empape bastante de todo. Ver crecer como artistas a otras personas, me ha hecho crecer.
La primera exposición tuvo lugar en Madrid, en El Imparcial, pero los que viven en Sevilla esperan intrigados la que será su próxima muestra en nuestra ciudad. El próximo 17 de noviembre ya podremos ser testigos del nuevo material cuando La Galería Roja abra sus puertas. <<Estoy preparando una exposición a lo grande. Para mí es muy importante. La de Madrid también lo fue porque tuve la oportunidad de enseñar mis dibujos ante el ancho público cuando estaba comenzando siquiera, en un sitio espectacular, la antigua sede del periódico El Imparcial, pero yo vivo en Sevilla y mis grandes amigos son de aquí. Por tanto, mi puesta en escena me apetece que tenga a La Hispalense por escenario. Me lo estoy imaginando como una inauguración bastante guay. Además, tiene otra connotación: cuando yo comencé a dibujar, la gente que me apoyó en ese momento, sin que yo tuviera un bagaje, es la misma que va a asistir a esta exposición. Ellos serán partícipes de cómo mi trabajo ha madurado, verán la evolución de mi persona: cómo comencé a dibujar por una necesidad y cómo ha terminado definiendo esto mi forma de vida. Últimamente, me estoy dedicando solamente a los dibujos, es una suerte.
Pero ya te digo, el éxito de mi paso por Madrid no lo esperaba. La experiencia en ese espacio me daba respeto. Tenía el miedo del principiante. He de decir que Madrid me aporta buena comodidad, es un sitio que me hace sentir bien porque he vivido en él durante un año, pero como en casa… ya sabes. De repente, comenzaron a pedirme dibujos desde diferentes partes del mundo y vi cómo, algo tan mío, que había nacido en mi habitación, se marchaba para recorrer mundo. Es muy gratificante saber que alguien se ha enamorado del momento o de la historia de la que bebe mi dibujo, tanto, que esa persona se lo lleva a casa, a vivir con ella. Luego, la expo en Madrid tuvo mucha prensa, un buen número de medios nacionales asistieron. Un amigo, a las pocas semanas, me dijo: «Disfruta y recoge todos los frutos». Yo, en ese momento, tenía la sensación de que había cosechado poco para los frutos que estaba recogiendo. Tengo la necesidad de continuar, de hacer algo más grande, de seguir en el camino. Me siento muy endeudado con mi trabajo, soy consciente de la demanda que he generado, y eso está muy bien, sentirme en «deuda» sólo habla de que existe gente que cree en mí. Aunque haya aumentado la responsabilidad, mi trabajo, los dibujos, es una forma de pasar mis días. Quiero seguir cosechando. En eso estoy, para el 17 de noviembre enseñar en La Galería Roja la fuerza con la que estoy trabajando. Estoy muy ilusionado. Espero veros a todos por allí.
Si has llegado hasta aquí y eres un auténtico desconocido, he de decirte que ni todas estas palabras podrían definir quién es y qué hace Pablo. Tienes que conocer a Little. Te cambia la vida.