Second en Museo, la crónica
Por 22 marzo 2011
Diego Vicente Roncel / Fotos: Pilar G. Angulo / La banda murciana Second actuó el viernes noche en la Sala Museo (antigua Sala Chicote, antigua Sala NYA; los nombres van cambiando pero los lugares son siempre los mismos) para probar en directo el sonido de su nuevo trabajo de estudio ‘Demasiado Soñadores’, que se publicará el próximo 29 de marzo.
La Sala Museo, ubicada extramuros de la ciudad, donde probablemente se reunía todo el underground del medievo, queda en tierra de nadie; justo en el mismo lugar se sitúa la música de Second. Desde ‘Fracciones De Un Segundo’ (2009) el grupo se encuentra en un proceso de búsqueda de un sonido propio que, aunque haciendo eses en el camino, le está haciendo llegar a un público cada vez más amplio.
Jose Ángel ‘Sean’ Frutos, el hombre al frente de Second, es un vocalista de voz grave y personal, interpreta y a veces sobreinterpreta las canciones con más solvencia que lirismo. En esta última etapa las letras parecen estar en un segundo plano, pero se nota que cuenta las sílabas para conseguir estribillos redondos. El quinteto se desliza en el pequeño escenario sin sombras, vestidos de oscuro. Sean Frutos se alza con un micrófono inalámbrico en el que parpadea una luz roja. Mucha pose, menos maldito de lo que le gustaría, pero con una gran presencia sobre el escenario.
Empezaron con ‘Mañana Es Domingo’, uno de sus nuevos temas. Una canción dedicada a los rituales de fin de semana, que consiguió encender al público con su arranque inmediato. Continuaron con la frenética ‘A Las 10’ y después se pusieron ‘Demasiado Soñadores’, el tema central de su último álbum, que por momentos me recordó a ‘Girls And Boys’ de los primeros Blur. Un guiño al pop británico en el que tienen una de sus grandes referencias. De hecho, sabemos que esta canción forma parte de su equipaje porque sonó en la pinchada que Second Djs ofrecieron después del concierto. Después de esos graves enlatados a los que cantan en ‘Demasiado Soñadores’ Frutos tocó la armónica en ‘Conocerte’, testimonio de que el autoconocimiento es mejor a través de los cuerpos ajenos. Con un final muy potente, fue el único momento en que hicieron saturar el sonido de los monitores.
El sonido de la Sala Museo, contra el que me habían prevenido, no fue finalmente tan catastrófico y sonó aceptablemente. En cambio, el juego de luces resultaba molesto, cegador por momentos, y sembraba nuestras retinas de sombras chinas, sobre todo en los ojos azules. A mí me daba igual, qué importan ya dos dioptrías más que menos.
Antes de ‘Psicopatico’, Sean reparó en la camiseta de ‘1999’ que vestía un infiltrado entre el público y aprovechó para mandar un saludo a Love Of Lesbian, que en ese mismo momento actuaban en el otro extremo de la ciudad. A continuación lanzaron un mensaje al infinito con ‘Rincón Exquisito’. Sus letras elegantes con un toque de ciencia ficción les permiten recrear el hedonismo de la era inalámbrica.
Finalizaron el primer tramo del concierto con N.A.D.A. y ‘Sin Aliento’. N.A.D.A. es la canción elegida como adelanto de ‘Demasiado Soñadores’. Un dictado pop sobre las leyes naturales de los reencuentros y los momentos postergados. El sonido de las guitarras era demasiado limpio, crean un muro de sonido potente pero homogéneo, con pocos matices. Tal vez un poco estándar (We Are). Sin duda el nuevo disco traerá ritmos más bailables, con un impecable contrachapado de beats. Si nada se lo impide Second acabarán encontrando un hit inmediato o en su defecto pondrán música a un anuncio de televisión.
En los bises aprovecharon para mandar un saludo a las bandas sevillanas Maga, Neorama y The Baltic Sea. Se les notaba a gusto sobre el escenario y se pusieron ‘Autodestructivos’ por hacer algo distinto. Otra de las nuevas canciones, que funcionan como rock de pista de baile, construidas con guitarras superpuestas y ritmos programados. Uno de los mejores momentos del concierto llegó con ‘Más Suerte’, con la que consiguieron emocionar a un público entregado que coreaba el estribillo con los brazos alzados. La banda terminó con todos los miembros de rodillas sobre el escenario.
En una de sus letras más personales, Frutos parece pedir una vida extra, otra vida con más suerte quizás, aunque posiblemente afectada por el karma inexacto de los juegos de arcade, donde una vida extra no siempre sirve para hacerlo mejor. Supongo que en algún momento también tocaron ‘Muérdeme’, pero esa preferí no escucharla. Todo esto hace de Second un grupo sólido, con un buen directo, perfecto para ofrecer tres minutos memorables en cualquier noche de viernes.