Crónica: Centro-Matic en Malandar

Por Ana Carretero

Centro Matic en la Sala Malandar

 Centro- Maticreunió en la sala Malandar una mezcla curiosa de público. A las muchas caras conocidas de la música sevillana (Sr. Chinarro, Jordi Gil), se unían las de un público con rostros poco habituales del circuito indie. Una buena noticia, ya que a la cantidad y la calidad de los conciertos que está habiendo en la ciudad, se une el respaldo de un público creciente. Los estadounidenses, de gira por España, han venido a Sevilla en plena forma. Pero antes de hablar del gran concierto al que asistimos, hay que poner dos pegas: La falta de silencio de un público, en ocasiones, gritón, al que más de una vez quise pegar, y el sonido, que sigue siendo el Talón de Aquiles de la sala (que por cierto está apostando por una muy buena programación en el último mes). Sigue leyendo

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Con esas limitaciones apareció Will Johnson en el escenario. Esta vez despojado de su omnipresente gorra. Todo un lujo poder verle tocar a menos de un metro. Centro- Matic se esforzó por conectar con el público en todo momento, tanto desde el punto de vista musical: regalándonos instantes íntimos y épicos a partes iguales, como desde el punto de vista social: Con un Will Johnson charlatán, empeñado en chapurrear algo de castellano y realizando interludios en inglés en el que hablaba de las canciones o del lujo de contar con unos músicos como los que lleva. Claro que, entre mi escaso inglés y que la batería retumbaba en el micro, me enteré de poco, la verdad.

Centro Matic en la Sala Malandar

En el repertorio, la banda de Texas optó por comenzar con temas de sobra conocidos como ‘To unleash the horse now’, a los que se unieron algunos de los que compondrán el disco que sacarán el próximo año como ‘Against/line’ ( He sacado el título del setlist, este corte aún no está editado, que yo sepa), y auténticos temazos que ponían la piel de gallina como ‘For new starts’ o ‘Rock and roll eyes’. No sé si fue percepción mía o era real, pero noté cierta aceleración en el concierto. En la escasa hora y cuarto que estuvieron sobre las tablas desgranaron más de una decena de canciones, muchas de ellas acortadas. Una ejecución rápida, como si tuvieran miedo a no poder tocar todo el repertorio. Luego hablando sobre el tema, hay quien opina que los conciertos de rock americano son así…No sé, yo he visto otros en los que no he tenido esa sensación.

Centro Matic en la Sala Malandar

Lo más destacado de esta lección de rock americano a la que asistimos, fue la temple de una banda engrasada. Cada detalle, cada arreglo, cada cambio de cadencia vinieron acompañados por la inconfundible voz de Johnson que rezuma sur por los cuatro costados. Magistral la intervención del teclista. Como soy fácilmente impresionable, he de decir que he visto a pocos músicos de bandas de rock con esa destreza en las manos y ese halo de misterio que te hace pensar si lo que toca está totalmente cerrado o se le ha ido la bola e improvisa a saco.

Me gustó que Centro-Matic sea un grupo versátil en el que a los momentos de piano, bajo, guitarra y batería, se unieron momentos a dos guitarras. Durante un rato, absorta en las manos del teclista, pensé en lo bien que les vendría en tramos instrumentales un violín. Y así fue casi al final del concierto, ese teclista/guitarrista sacó un violín (Y a mí si hay violines, ya me cautivas del todo).

Centro Matic en la Sala Malandar

En fin, que fue un auténtico placer verlos en directo y de que, a pesar de que ya hacía tiempo que tenía el rock americano olvidado, no hay nada que me guste más que una banda de tíos barbudos con camisas de cuadros y voces rasgadas (Ala, mi toque sexista, que de estos a la inversa hay bastantes).

Lavadora, por su parte, se reunieron después de cinco años, yo creo que aprovechando que La Hecatombe era la promotora del concierto de la banda de Texas. Dieron un concierto hábil, dinámico y divertido. Apto para nostálgicos y con capacidad para seguir captando adeptos para su particular universo. Aunque afirmaron que no volverían a tocar juntos, espero que la casualidad y la causalidad les una de nuevo.