Clem Snide en Sevilla, borrachera de música y victoria

Por Iram Martinez

clem-snide-malandarDiego Vicente / Después de las emociones futbolísticas y con España ya en los temidos cuartos de final (¿Nos volverán a dar los portugueses  12 points en Eurovisión?) la racha de buen juego continuó en la Sala Malandar con el magnífico programa doble que La Hecatombe nos tenía preparado para la noche del martes. Tras el concierto de Micah P. Hinson se anotaba otro tanto al conseguir que Clem Snide actuara por primera vez en Sevilla.

La banda fundada en Boston y liderada desde 1991 por Eef Barzelay está en su mejor momento tras la publicación de ‘The Meat of Life’ (429 Records, 2010), y sus seguidores sevillanos supieron apreciarlo. A pesar del fútbol y de sus ulteriores consecuencias Clem Snide consiguió congregar a un numeroso público  en la Sala Malandar.

La concurrencia que iba llenando la sala recibía la bienvenida con las canciones del grupo sevillano Mañana, esta vez representado por Cristóbal Colom en solitario sobre el escenario.

Colom comenzó, con el tacto del que sabe lo que es perder, preguntando si había portugueses en la sala, para luego, con su voz, la guitarra y la armónica ir tejiendo y destejiendo las canciones de ‘A Ver Quién Llega Antes Al Fin’. Se sucedieron así: Funeral, El Fuego En Casa, Tu Cara En Una Nube, Si Esperas A Godot, Remedio #2, De Costa A Costa. Todas estas canciones de desengaño llenas de un existencialismo muy sevillano que se han convertido en el equipaje indispensable para cualquier viaje esta primavera. La última en sonar fue ‘El Momento En Que Perdí’, el relato de un descreído del amor que termina irónicamente diciendo <<Esta noche te quiero a morir>>. Como nos comentó el misterioso teclista de la banda, en compañía del cual presenciamos el concierto,  Sello Salvaje lanzará una cuidada edición en vinilo de ‘A Ver Quien Llega Antes Al Fin’ la semana próxima.

Y con las ganas del rookie pero el aplomo del viejo soldado, Clem Snide subieron al escenario con Eef Barzelay al frente y en formación de cuarteto para demostrar que son una banda de rock ‘n’ roll (en el buen sentido de la palabra) y que podrían triunfar tanto en la boda de tu prima como en el Grand Ole Opry de Nashville.

Comenzaron con ‘Denise’ de su último trabajo ‘The Meat Of Life’. Un excelente comienzo que en la versión de estudio suena a Belle &  Sebastian,  con trombón  y teclados palpitantes. Denise viene a decir que alguien que significó algo alguna vez seguirá significando algo para siempre, y por ello brindamos. Continuaron con ‘The Girls Don’t Care’, una composición de Barzeley para la película indie Rocket Science. Eef se sentía cómodo y entre canción y canción nos retransmitía cualquier melodía que pasaba por su cabeza, como esa de ‘What is Love? (Baby Don’t Hurt Me)’ que inmortalizara la genial película ‘Movida En El Roxbury’.

Siguieron con ‘The Meat Of Life’, el tema central del último trabajo de la banda, que se aleja de sus sonidos habituales y que deja ver la influencia en la producción de Mark Nevers, miembro de Lambchop. Volvieron a las guitarras de  ‘Walmart Parking Lot’ la canción más directa del último trabajo gracias a los fraseos largos de Barzeley y a toda esa urgencia rock propia de bandas como Drive-By Truckers. Toda esa descarga para hablar de la belleza de un amanecer en los aparcamientos del centro comercial. Esos momentum de los que hablan los americanos, o momentos de lucidez, en los que la belleza no cautiva sino que golpea. Otro final con acento clásico.

El rock añejo llegó con ‘Don’t Be Afraid Of Your Anger’. Un momento country que fue muy aplaudido. ‘With Nothing To Show For It’ sonó para poner una pausa necesaria en la voz de Barzelay, que venía maltrecha del concierto de Granada. Es un tema con arreglos de cuerda en el disco (el chelo es el protagonista) y que en directo, sin chelo, suena más desvaído.

Pero después vinieron los estribillos pegadizos de ‘Something Beautiful’ y el solo majestuoso de guitarra de ‘I Wasdn´t Really Drunk’, que Barzelay dedicó a las “senioritas barrachas”.

Para cerrar el primer acto eligieron ‘I Love The Unknown’, insertando unos versos del ‘Comfortably Numb’ de Pink Floyd y la eléctrica de Eef quedó finalmente exhausta. Para los bises, Barzelay se marcó a cappella el ‘Tears On My Pillow’ y ‘The Curse Of Great Beauty’ y empuñaron las guitarras con más firmeza para rematar con ‘Mike Kalinsky’, el loser mitificado, ‘Ice Cube’ y por último la sorprendente versión del King Of Pop ‘Man In The Mirror’.

Y eso fue todo por ahora y para siempre.