"Somos Desestructurados"

Por Thomas Esposito

Thomas Esposito/ revistawego@gmail.com
desestructurados

Suben al escenario del Perro Andaluz con una guitarra, un bajo y un violín. Se sientan y advierten: «Somos los Desestructurados. Hacemos lo que nos gusta y entendemos la música de una manera diferente, porque la musica es como la pintura: abierta». Se rien y empezan a tocar. Letras irónicas e irreverentes, de las que te obligan a sonreir, un violín que suena como una guitarra eléctrica y mucha guasa. «Este tema lo compuso Alejandro Sanz en 1965» dicen introduciendo la primera canción. Sentados, delante de los micros, están Fernando Parrilla y Fernando Saez. Los dos componen, los dos son pintores antes que músicos y el segundo de ellos, madrileño, ha tocado en grupos tan míticos como la Mandragora, con Joaquin Sabina y Javier Krahe. Detrás está Rafael Cañete, violinista y compositor clásico, y a su derecha Miguel Sarmiento, bajista y pintor también. Son amigos de Alfonso Del Valle y la influencia del maestro sevillano en su música se nota.

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Escucha los temas de los Desestructurados

Un grupo heterogéneo, nacido en 2006 y compuesto por cuatro amigos enamorados de la música, entendida como un medio para unir las personas. Tocan por los bares de Sevilla – el Perro Andaluz es uno de sus favoritos, tanto que le han dedicado una canción- y su intención es seguir haciéndolo, pasándolo bien y haciendo lo que le gusta. «Nos propusieron hasta sacar un disco – nos cuenta Fernando Parrilla– con Bebe cantando con nosotros La Ranchera pordiosera, uno de nuestros temas, pero no había dinero y tampoco buscamos salir de aquí con nuestra música». No quieren cambiar su estilo, la música es parte de su arte y de su vida, pero no la conciben como algo serio y cerrado. Objetos de sus canciones: la Alameda, el sadomaso, el crédito del móvil que se va acabando.

Tres de los cuatros artistas que anoche ocuparon el escenario del Perro Andaluz se dedican a la pintura. Quén saca mayor réditos de ella es, según confiesa, Fernando Parrilla, de 53 años. Ha expuesto en Madrid y Sevilla y la pintura sigue siendo su mayor pasión. Junto con el bajista Miguel lleva ahora el Bar Sol, situado al final de la calle Sol: Un local nuevo que los dos artistas tienen pensado emplear también como espacio de exposición. Ha vivido en Ibiza, donde trabajó muchos años como DJ en el Pachá y tenía como vecina nada y menos que a Nico. «Fusioné el flamenco con el house por primera vez. Salió por casualidad porque me despisté y dejé los dos platos a la vez, uno de llos con la Leyenda del tiempo de Camarón y el otro con un disco de house».

Su socio, Miguel Sarmiento, es pintor y pianista, pero en los Desestructurados toca el bajo. «Es de Fernando y sólo me lo deja para los conciertos, no me deja ensayar con él», dice. Antes de tocar con los tres amigos tenía otro grupo, los Viernes Milagros, donde tocaba con Fernando Saez, recién llegado de los madriles. Allí surgió la idea de juntarse los tres y montar los Desestructurados.

Rafael Cañete es de Córdoba y su formación es clásica, pero con los Desestructurados su violín suena al ritmo de rumbas y blues andaluces. Es el único que no pinta, su amor es la música clásica. Ha tocado en varias orquestas y actualmente está trabajando para componer música para teatro. Mañana tocará en la Alameda en el concierto «Por la Republica» y tiene muchas ideas pendientes, entre ellas un proyecto para acercar la gente a la música clásica en contextos informales y fuera del cliché elitista al que en este momento este tipo de música está relacionado.

Fernando Saez venía de Madrid, donde había tocado en la Mandragora. Llegado a Sevilla estuvo tocando con Miguel y nunaca ha dejado de pintar. «Lo último que he pintado es a Picasso comiéndose al urlo de Munch y a otros». La pintura vuelve a colarse en la conversación como un amor mal escondido, su verdadera pasión.

Una pasión que los cuatros transimiten luego a la música. «Quiero pintar como Picasso, quiero vivir como Picasso, quiero follar como Picasso», dicen unas de sus letras.